La comarca del Maresme registró el pasado fin de semana lluvias torrenciales que volvieron a saturar alcantarillados, bajos de edificios y provocaron que alguna persona encontrara su vehículo en la parte baja de la riera. Desgraciadamente, un golpe pasada la "tormenta de agosto", que empezó el pasado viernes, día 19, y finalizó el día siguiente sábado, las consecuencias fueron más graves del que se esperaba cuando una pareja localizó un cadáver a la riera del Morer de Sant Pol de Mar. El cuerpo fue encontrado bajo el escombro que arrastró la riada después de las lluvias torrenciales y, posteriormente, fue identificado por los Mossos d'Esquadra como Daniel C.F., de 78 años, y natural de la población. De momento se desconoce si el hombre murió por causas relacionadas con los aigüats, a la espera de saber hoy los resultados del autopsia.
La tormenta de lluvia y granizo que descargó sábado por la tarde en el Maresme dejó, en poco menos de una hora, hasta 100 litros por metro cuadrado en Pineda de Mar, población próxima a Santo Pol, e hizo aumentar considerablemente el caudal de las rieras, inundó bajos y sótanos y negó la carretera N-II, que se tuvo que cortar al tránsito. Pineda, junto con Calella 36 litros por metro cuadrado-, y Malgrat de Mar 56 litros-, fueron las poblaciones maresmenques más afectadas. El mismo sábado por la tarde, los bomberos hicieron una sexagésima de salidas por paliar los efectos de los aigúats, sin tener que hacer frente a ninguna situación grave.
En cuanto a Mataró y Arenys de Mar, según han informado los Mossos d'Esquadra y los Bomberos los 12 litros por metro cuadrado no causaron desperfectos, sacado de algún árbol caído o alguna cañería rota. La previsión meteorológica apunta a que esta semana el tiempo será tranquilo y sin lluvias importantes.
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Pineda de Mar, centro de la gota fría
La agricultura de Pineda de Mar, sufrió consecuencias graves por los 100 litros por metro cuadrado y la piedra que cayó en poco menos de una hora. La población del alto Maresme fue el centro de la gota fría y provocó que, en el caso de la lechuga, la escarola o la acelga, se perdiera el cien por ciento de la cosecha. En cultivos como el de la tomaquera, un cincuenta por ciento salió perjudicado. "En Pineda es donde hizo más mal, al resto de la comarca la lluvia fue más bien que mal", ha dicho el coordinador de la Unión de Labradores del Maresme, Pep Riera.
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