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La NII en el Maresme es la vía catalana con más accidentalidad

Así lo confirma un nuevo estudio del Real Automóvil Club de Cataluña sobre la siniestralidad a las carreteras catalanas

El riesgo de accidentes a las carreteras catalanas se ha reducido un 34% desde el año 2002, según un estudio del Real Automóvil Club de Cataluña (RACC) que señala que la N-II a su paso por la comarca del Maresme sigue siendo la vía que concentra más siniestras. El estudio, que ha presentado hoy el RACC, forma parte del informe de evaluación de carreteras EuroRap y analiza la siniestralidad viaria teniendo en cuenta tanto el índice de accidentes como la intensidad del tránsito.

El informe, que ha estudiado 6.416 kilómetros de carreteras catalanas -el 52% del total y las que concentran el 90% de la movilidad- revela que el riesgo de sufrir un accidente ha bajado un 34,3% en Cataluña desde el año 2002. Según el estudio, desde el año 1990 hasta el 2004, el volumen de tránsito ha aumentado un 7,8% en Cataluña, mientras que la siniestralidad ha bajado un 23,9%.Si en el periodo 1999-2001 el estudio del RACC concluyó que la mitad de los tramos analizados presentaban un riesgo alto o muy alto de siniestralidad, este porcentaje bajó hasta el 41,1% en el periodo 2001-2003 y hasta el 34% en el 2002-2004.

Los tramos con mayor riesgo de accidentes
El informe pone de manifiesto que cinco de los tramos con más riesgo de accidentes se encuentran en la demarcación de Barcelona, aunque sólo dos a la corona metropolitana de la ciudad, y que ninguno de las vías más peligrosas supera los 20.000 vehículos de tránsito diario, hecho que demuestra que las vías de baja o media capacidad son más peligrosas. Respecto a los tramos de carretera que registran más accidentes, seis de los diez primeros se encuentran a la N-II a su paso por el Maresme, además de la C-58 en Badalona, la C-245 en Viladecans, la C-31 en el Prat y la GI-882 en Malgrat. En estos tramos, el estudio ha detectado un gran número de accidentes de motocicleta o ciclomotor, aunque también que la siniestralidad ha bajado un 19% de media respecto al año pasado.

En relación con los accidentes de moto y ciclomotor, el estudio del RACC ha localizado quince tramos que concentran el 15% de este tipo de siniestros, listado que encabezan la C-245 en Viladecans, la C-58 en Badalona, la GI-682 en Malgrat, la N-II a Canet y la C-31 al Prado de Llobregat. Un 94% de los tramos de carretera analizados al informe registraron accidentes de moto, según el RACC, que ha destacado que las víctimas mortales de este tipo de siniestros suponen el 15% al entorno interurbano y el 44% en el urbano.

Según el trabajo del RACC, la demarcación de Tarragona es la que acumula más tramos peligrosos, puesto que el 43,6% de las vías analizadas presenta un riesgo alto o muy alto. La carretera C-245 entre Viladecans y Cornellà, la BV-5122 de Tordera a Fogars de la Selva, la C-12 en Tortosa, la N-340 en Sant Carles de la Ràpita y la confluencia entre la C-246 y la N-340 a Vendrell son los cinco tramos de la red viaria catalana con más riesgo de accidentes, según el informe del RACC.

Encabezan la lista de los diez tramos más seguros la C-55 en Súria, la C-16 entre Sabadell y Terrassa, la C-32 en Cornellà, la C-16 en Sant Cugat y al enlace de la N-2 y la A-2 en Barcelona, de acuerdo con este estudio de siniestralidad.

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