E. Castarnado

Fuego y música se dan la mano por la noche Loca d’Argentona

Los Diablos de la villa encendieron las calles a ritmo de batucada

Pasan nuevo minutos de las once de la noche cuando se encienden las primeras chispas ante el Ayuntamiento de Argentona. Es la pandilla de Diablos del pueblo, que da el pistoletazo de salida al correfoc ante muchos que se lo miran y algunos que osan entrar de pleno en esta fiesta del fuego. Pañuelos, sombreros y chaquetas cubren los cuerpos de los más atrevidos -mayoritariamente la quitxalla- que saltan entre las chispas y el humo. El argentoní Sergi Giol, de diez años, hace dos años que viene al correfoc y nos explica que se prepara muy bien para la ocasión: “Traigo texanos, jersey de algodón, ojeras y pañuelo, pero aún así me ha saltado alguna chispa al cuello”.

Mientras, a ritmo de batucada, los diablos y el dragón se abren por las calles oscuras, todo un cortejo de personas siguen su trazado. Sobre todo hay padres, madres y niños que prefieren ver el fuego algo más a distancia. “Venimos cada año porque nos gusta mucho, pero nosotros nos quedamos aquí mientras nuestro hijo de doce años salta por allá delante”, dice el argentoní Michael Weiss. Como otros muchos padres de los alrededores, trae su hija Clàudia, de seis años, encima los hombros: “Todavía le hace un poco de miedo pero va muy tapada porque no le caigan chispas”. Según nos explica, estos días tienen invitados: “Han venido unos amigos de Nueva York que es el primer golpe que ven esto y los está gustando mucho”.

Un golpe el reloj marca la medianoche y se han dejado muchos metros de camino a las espaldas, la comitiva del fuego se para detrás del CEIP Bernat de Riudemeia. Allá se pone el punto y final al circuito, con unos fuegos de artificio que sorprendió además de ud. Mientras se lo mira, la argentonina Marta Espinosa, de once años, nos explica que es el primer año que entra al correfoc: “Me lo he pasado muy bien, no he tenido miedo, así que seguro que repetiré”. Según informó una patrulla de protección civil, la actividad se cerró sin incidentes de consideración.

Continúa la noche en la Plaza Nueva
Y a ritmo de Guantanamera , el grupo Gira-solo hace seguir la fiesta hasta la madrugada. La plaza Nueva es llena de ciudadanos que se animan a bailar los temas de antes y de ahora que los ofrecen los músicos. Allá encontramos tres chicas que hablan animadamente. “Es la primera vez que vengo y encuentro que la música está muy bien”, dice Sandra Estrada. A su lado, la mataronina Ángeles Tamayo y Pague Garci también están disfrutando del ambiente. “Hace muchos años que vengo porque siempre me lo paso muy bien”, dice Garcia. Y en el viejo centro del plaza moviéndose a ritmo de la música se encuentra la pareja formada por Antonio Caballero y Mercedes Sánchez. “Estamos acostumbrados a bailar porque salimos mucho, nos gusta el baile de salón”, explica Caballero, un momento antes de volver a coger su mujer y saltar de nuevo a la pista.

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