El Maresme se prepara por el fenómeno de los pisos turísticos

Los pisos turísticos son un problema en lugares como Barcelona, donde han provocado que vecinos de toda la vida de barrios históricos de la ciudad hayan tenido que marchar. Pero este contratiempo no se encuentra, de momento, ni en Mataró ni en la comarca del Maresme. Aún así, y teniendo en cuenta que todo el que pasa en Barcelona acaba extendiéndose en todo el país, el Consejo Comarcal está trabajando para prepararse y regular un sector que parece evidente, ha llegado para quedarse.

El ente comarcal será el enccarregat de crear una Oficina de control y regulación de los usos turísticos de la vivienda. Esta oficina se pondrá a disposición de los ayuntamientos que no tengan la infraestructura necesaria para hacer aflorar las viviendas que, ilegalmente, están ejerciendo de pisos turísticos y tramitar los correspondientes expedientes sancionadores que pueden ser de 60.000 a 200.000 euros en el caso de infracciones muy graves y de 30.000 a 60.000 euros si son graves.

Actualmente tienen registrados unos 3.600 pisos en la comarca, pero creen que hay más de ilegales

"En el Maresme no tenemos este problema, pero queremos ser previsors para no salir salpicados", explica Joaquim Arnó, vicepresidente del Consejo Comarcal del Maresme. "Los pisos turísticos son algo muy reciente, y la legislación siempre va a remolque; por eso, decidimos empezar a trabajar para prepararnos apropiadamente", añade. La idea del CCM es la de poder dar servicio en "pueblos y municipios pequeños que no se podrán permitir el lujo de tener una oficina de control como podría tener Mataró". Todo basado en la normativa europea actual. La tarea principal será inspeccionar y sancionar y se pondrá en marcha al 2020 si se puede llegar a incluir en los presupuestos.

Combatir el fraude

Queda claro, pues, que el gran objetivo es el de combatir el fraude y tener controlados todos los pisos turísticos a cada uno de los municipios maresmencs. Arnó pone un ejemplo claro: Mataró. La capital del Maresme tiene dados de alta un total de 101 pisos turísticos, según datos del Ayuntamiento de la ciudad (las del Consejo Comarcal del Maresme estaban en 85). "Es un dato que no podemos dar como creíble, puesto que una ciudad costera con 127.000 habitantes a buen seguro que tiene muchos más pisos que operan como tales". Según explica Arnó, el hecho de estar dado de alta en alguna plataforma destinada a este negocio, como puede ser Airbnb, no es garantía ni significa que estén registrados como pisos turísticos.

Joaquim Arnó, vicepresidente del Consejo Comarcal

"Cuando estalló todo en Barcelona y el Ayuntamiento empezó a trabajar con estas plataformas, acabaron dando de baja miles de pisos porque no estaban reglamentados como tal", relata. Siguiendo por aquí, no siempre es sencillo identificar qué pisos no están adecuados. "Muchos de ellos sólo cuelgan fotos de forma que no se identifica la ubicación y así es complicado saberlo de buenas a primeras", considera.

Pisos turísticos como una oportunidad

Arnó, que también es presidente del Consorcio Costa Barcelona Maresme, no cree que la presencia y proliferación de estos pisos se tenga que ver como una amenaza o como un tipo de competencia desleal hacia otros negocios, como pueden ser los hoteles o los campings. "El que no podemos hacer es limitar actividades económicas generadas por la evolución de la sociedad; tenemos que saber adaptarnos y entender que este tipo de oferta llega para complementarse con la que ya hay". Por Arnó, la realidad es que "el tipo de público que va a un hotel no es el que va a un apartamento o a un camping, porque ofrecen diferentes servicios y propuestas".
Por él, el que sí es evidente es que "las obligaciones que tengan unos, las tienen que tener los otros y una vez estén establecidas las mismas obligaciones, tendrán los mismos derechos". El objetivo del Consejo Comarcal del Maresme, en definitiva, no es el de "prohibir" sino "asear una demanda existente; el que no haremos es colocar puertas en el campo".

Los expedientes sancionadores para operar como piso turístico sin que esté dado de alta pueden llegar a los 200.000 euros

Dicho esto, y con la normativa clara sobre la mesa, tienen que ser los municipios los que regulen la actividad en la ciudad según sus planes generales. "Nosotros no estamos aquí para determinar donde se pueden instalar pisos turísticos, sino para hacer de órgano regulador y de control; al final tienen que ser los municipios los que decidan si quieren tener pisos repartidos o, al contrario, prefieren que estos se ubiquen todos juntos en un espacio concreto; no nos ponemos". "Del mismo modo que el plan general marca que no puedes poner una fábrica a según qué lugares, aquí se hará el mismo", expone.

Registrar los pisos turísticos

Por qué los usuarios tendrían que tener registrados sus pisos como turísticos si desarrollan esta actividad? Tal y cómo relata Arnó, es una cuestión de legalidad y de poder ejercer un control sobre la actividad económica que se realiza. El Consejo Comarcal apunta que las viviendas de uso turístico tienen la consideración de empresas turísticas de alojamiento y requieren la correspondiente declaración responsable de cumplimiento de los requisitos exigidos por la normativa vigente. De este modo, añaden, se garantiza una calidad mínima exigible y se equiparon al resto de alojamientos turísticos que necesitan de los permisos o licencias pertinentes para desarrollar su actividad.

Según datos del mismo organismo, actualmente hay más de 3.600 pisos turísticos a toda la comarca. Las tres poblaciones que cuentan con un número más elevado de pisos declarados son Pineda con 573, Calella con 369 y Santa Susanna con 363. "Por un lado es normal que haya más aquí, porque son lugares del Alto Maresme donde hay mucha actividad turística; y por la otra, naturalmente, estamos hablando de pisos regulados, seguro que faltan muchos más que no han aflorado".