Cae una mafia paquistaní que explotaba a compatriotas en supermercados del Maresme

Los Mossos han desarticulado un grupo criminal organizado de origen maresmense que traficaba y explotaba laboralmente a personas en supermercados de la comarca y otros municipios del país. Hay seis detenidos, que tienen entre 30 y 40 años. Entre ellos figura el líder del grupo, que ya ha ingresado en prisión. Lo ha explicado el jefe de la Unidad Central de Tráfico de Seres Humanos de la DIC, Lluís Moreno, quien ha señalado que se han liberado cuatro víctimas de tráfico y catorce de explotación laboral. Estas personas eran obligadas a trabajar en dieciséis supermercados en condiciones prácticamente de esclavitud y cobrando sueldos bajos o inexistentes. Además, vivían en entornos insalubres, en pisos gestionados por la banda, sótanos de los mismos establecimientos o en los pasillos de estos.

El grupo gestionaba un total de dieciséis franquicias de marcas muy conocidas del sector

La investigación se inició en marzo del año pasado, cuando la Unidad Central de Tráfico de Seres Humanos del cuerpo tuvo conocimiento de la existencia de esta organización criminal asentada principalmente en la comarca del Maresme y liderada por un empresario de origen pakistaní, cuya actividad principal consistía en la explotación laboral de compatriotas suyos en diversos supermercados. Según ha explicado el jefe de la Unidad Central de Tráfico de Seres Humanos, Lluís Moreno, los Mossos determinaron que el grupo gestionaba un total de dieciséis franquicias de marcas muy conocidas del sector, ubicadas en diferentes localidades de la demarcación de Barcelona y Girona. Los integrantes de la organización eran miembros de una misma familia. La estructura contaba con una infraestructura de sociedades mercantiles vinculadas a los establecimientos investigados y con diversos domicilios donde los trabajadores eran distribuidos y alojados.

Moreno ha relatado que a partir de las informaciones aportadas por testigos protegidos y algunos ex trabajadores, se iniciaron las primeras gestiones y actuaciones policiales que permitieron corroborar los hechos, identificar la gran mayoría de los miembros de la banda y localizar los establecimientos.

Víctimas engañadas

Ha detallado que algunas de estas personas habían sido reclutadas en Pakistán a través del engaño: "Les prometían un trabajo o un sueldo y las engañaban con la promesa de que obtendrían una regularización administrativa", ha comentado Moreno, que ha dicho que cuando llegaban a Cataluña, los miembros de la organización se aprovechaban de su situación de poder y les reclamaban el pago de la deuda contraída, bien por el viaje realizado o bien por las gestiones realizadas asociadas al contrato de trabajo o regularización, trámites que, por otra parte, se realizaban falsificando documentos.

"Las hacían trabajar a todas horas, con sueldos bajos o inexistentes"

"Les hacían trabajar a todas horas, con sueldos bajos o inexistentes", ha afirmado el subinspector, que ha señalado que el entorno en el que vivían era insalubre. Así, ha señalado que muchas de estas personas se alojaban en pisos que eran propiedad del grupo "para así controlarlos mejor", en los sótanos de los establecimientos comerciales o, incluso, eran obligadas a dormir en los pasillos. Ha indicado que los afectados solían ser personas de mediana edad con familias a su cargo. Así, ha comentado el caso de una mujer de 55 años que fue engañada para venir a Cataluña y dejó a sus cuatro hijos en Pakistán. "Una vez aquí se vio obligada a trabajar en estas condiciones", ha manifestado. Por suerte, ha dicho, esta mujer ha sido liberada y ahora ya ha podido regularizar su situación y hacer reagrupación familiar..

También ha apuntado que algunos de los testigos relataron que hasta llegar a Cataluña, viajaron por diversos países de Asia hasta entrar en Europa vía Turquía para posteriormente cruzar diversos países bálticos hasta llegar a Italia. Esta ruta es conocida como la ruta de los Balcanes, una de las rutas migratorias más comunes para acceder a países de la Unión Europea.

Inspecciones, entradas y registros

Se llevaron a cabo seis entradas y cacheos y se detuvieron a seis personas

El día 21 de febrero de este año, en el marco del dispositivo Iluro, los investigadores detuvieron a seis de los investigados y llevaron a cabo seis entradas y registros. Conjuntamente con efectivos de la Inspección de Trabajo, se ejecutaron doce inspecciones administrativas en supermercados. Estos establecimientos estaban gestionados por el mismo entramado criminal y se ubicaban en Badalona, Barcelona, Alella, Igualada, Sant Feliu de Guíxols, Pineda de Mar, Premià de Mar, Vallromanes, Montornès del Vallès, Caldes de Montbui, Santa Perpètua de Mogoda, Capellades y Santa Margarida de Montbui.

En las inspecciones administrativas se identificaron más de una treintena de personas trabajadoras. Junto con una organización especializada en la asistencia integral a víctimas de tráfico de seres humanos, se pudo determinar que existían indicios suficientes para considerar que cuatro de ellas eran víctimas de tráfico de seres humanos y catorce más eran de explotación laboral.

Contratos falsos

Los contratos se hacían de manera fraudulenta en el país de origen

Fruto de la colaboración con la Subdirección General de Trabajo Autónomo y Autorizaciones de Trabajo, se comprobó que las regularizaciones de estas personas se hacían con falsificaciones del acta de nacimiento. Este hecho permitía que pudieran acogerse al artículo 40.1 de la Ley de Extranjería y obtener de forma fraudulenta con un contrato en el país de origen y una autorización inicial de residencia y trabajo por cuenta ajena. Los jefes de esta organización eran también los administradores de las sociedades propietarias de los diferentes establecimientos alimentarios franquiciados