Antonio Rodríguez

Antonio Rodríguez Avellaneda

Jubilado y activista social

Julio Anguita en Mataró

Fue el sábado día 2 de octubre del 1999 cuando la ciudad de Mataró tuvo el privilegio de recibir la visita de Julio Anguita, Coordinador General de Izquierda Unida y Secretario General del PCE. Aquel día, a las 6 de la tarde, el Parque de Can Tuñí de Cerdanyola estaba totalmente abarrotado de gente de todas las edades y de todas las condiciones sociales, que acudieron a escuchar las palabras de aquel hombre, que desde hacía diez años estaba al frente de la única organización política que verdaderamente estaba defendiendo los trabajadores, las mujeres, los jóvenes, los pensionistas y, en definitiva, el conjunto de las capas más desfavorecidas de la población.

Anguita en una visita a Mataró. Foto: ArxiuJulio Anguita en Mataró

Cuando Anguita encabezó la candidatura de Izquierda Unida a las elecciones generales, después de la etapa de Gerardo Iglesias, se produjo un incremento en el resultado de más de un 150%. En las primeras elecciones municipales de 1979, Julio se convirtió en el primer alcalde comunista de capital de provincia de la historia de España. En sólo cuatro años, supo ganarse el apoyo y la simpatía de la inmensa mayoría de la ciudadanía de Córdoba y obtuvo nada más y nada menos que 17 regidores de un total de 27. La noche del 8 de mayo de 1983, cuando toda la militancia psuquera nos encontrábamos abatidos por los malos resultados obtenidos en Mataró, al conocer los de Córdoba y otras ciudades como Sabadell, destapamos todas las botellas de cava que teníamos metidas en barreños. Éramos plenamente conscientes que con Julio Anguita podríamos recuperar las alegrías y esperanzas que habíamos perdido en las elecciones generales de 1982. En total, en España aquel día, entre el PCE y el PSUC fuimos capaces de recuperar más de un millón de votos.

Cuando Julio Anguita vino a Mataró, en el barrio de Cerdanyola, eran tiempo de divisiones y de desencuentros. Iniciativa por Cataluña e Izquierda Unida habían roto sus relaciones y las perspectivas no eran nada favorables para la candidatura de EUiA a las elecciones catalanas. Tampoco lo eran, lógicamente, para Rafael Ribó, y a pesar de esto la gente de Mataró llenó a tope el Parque de Can Tuñí. Nunca ningún partido político había sido capaz de conseguir pareciendo gesta. La gente se volvía loca para saludar Julio, y muy especialmente los cordobeses y cordobesas que tanto abundan a Cerdanyola.

Esta mañana de sábado 16 de mayo de 2020 los informativos nos han informado de la muerte de Julio Anguita, hospitalizado en Córdoba desde hacía una semana. Y aunque éramos conscientes de su gravedad, todos teníamos grandes esperanzas en su restablecimiento, como ya había sucedido en las anteriores ocasiones, desde el año 1993. Ahora, por desgracia, no ha sido posible, a pesar del inmenso esfuerzo del personal sanitario que con tanta profesionalidad lo ha sido atendiendo durante todos estos días.

Descansa en paz, Julio. Los que tanto te hemos estimado te seguiremos estimando hasta el fin de nuestras vidas y no nos cansaremos de divulgar y explicar hasta la saciedad todo el que tú con tanta maestría nos has enseñado. Tus mítines en directo, tus entrevistas en radio y televisión, eran auténticas obras de arte. Dejabas plenamente satisfechos a todos los que habíamos tenido la suerte y la oportunidad de escucharte.

Tus artículos en la prensa escrita, que están colgados en las redes, posibilitarán que toda la gente que quiera pueda seguir leyéndolos, puesto que tendrán que saber que, como tú muy bien nos explicabas, hay que aprender a luchar y a saber utilizar correctamente las fuerzas antes de emprender los combates.

Julio, tú has sido un ejemplo en todo: levantabas nuestro ánimo cuando estábamos decaídos, volviste a llenar las plazas de toros y los polisportius. Has sido lo mejor y el más didáctico de todos los oradores que ha habido en este país. Has sido lo más claro y valiendo en tus planteamientos y nunca has insultado a nadie. Renunciaste a cobrar la pensión como exparlamentari y optaste por la pensión de profesor, cobrando mucho menos. Has predicado con el ejemplo hasta el último día de tu vida. Hasta siempre, Julio, intentaremos seguir tu ejemplo.

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