Capgròs
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Prueba de nivel y de orgullo propio superada, y no es poca cosa. El Assolim CN Mataró se lamió las heridas de la Final Four de la Champions traumática con un partido serio y, sobre todo, luchado en el que hicieron arrodillarse a las campeonas europeas, las rivales de siempre y para todo, el poderoso CN Sabadell. Es cierto que el partido era de liga y que entre la Champions de la semana anterior y la Copa de la Reina que viene, podía parecer un poco de azúcar. Pero otra decepción habría sido fatal y el equipo supo sacar fuerzas, autoestima y calidad para sellar un señor triunfo.
El ambiente era enrarecido, abajo en el mar, en la Joan Serra. Y no solo por los nubarrones y el viento que la convertían en incómoda. En pocos días muchas cosas se han trastocado. El Sabadell ha venido a pescar para el año que viene a dos de las neerlandesas del Mataró (la portera para la Champions Laura Aarts, que ya está en su casa y la Simone Van de Kraats) y esto trascendió precisamente los días del desastre de la Final a 4. De repente en la Joan Serra parecía que hubiera mar de fondo, en muchos sentidos. Incluso en Sabadell la resaca de la Champions viene con dolor de cabeza, con culebrón Laura Ester. Todo en conjunto, tirando a turbio. Era un Mataró-Sabadell heterodoxo. Y si le sumas que con el 'nuevo' Sant Andreu destacando y los partidos que quedan aún no se sabe cómo puede quedar el cuadro del play-off, ya tienes todas las especias en la sopa.
En estas, lo importante era jugar. Y sacarse de encima la mala espina europea. Convertir aquella fallida en excepción y no en tónica dominante. Agarrados a este patrón vale decir que el Assolim hizo los deberes, cerró los dientes y recuperó aquel tono irredento de ocasiones pasadas: de cuando el pobre -si es murri- puede hacer joder al rico.
Igualdad e iniciativa Puede ser que el Sabadell compareciera en Mataró en chanclas. Pero eso no quita mérito al partido del Assolim que ya ha advertido a las rivales de cara a la semifinal virtual de Copa de la Reina que debe enfrentarlas. Desde el primer momento y con el 1-0 que se vio que las de Dani Ballart querían la victoria para reafirmarse. Como cuando se pasa lista en los comités de crisis, aparecieron en escena las generales de la formación. En la infantería, demostrando que es un pilar, Cris Nogué hizo un partidazo y la defensa colectiva rayó a buen nivel. Llegaron goles de ilustres desaparecidas en la Nova Escullera, se supo sufrir en las pelotas del Sabadell para ponerse por delante en la eterna goma de marchar de uno e igualar, volver a marcar y que te vuelvan a igualar... la Rita hizo de ella misma con precisión húngara y al público del club -que eso siempre lo valora- le gustó la ascendencia subiendo de Martina Claveria sobre todo en la primera mitad.
Hasta el último cuarto las ventajas fueron mínimas. Superar el tercer parcial, que dice el tópico que es típico que sea el malo, sin fallo pareció un estímulo para acabar de quejalar a las vallesanas. El último cuarto fue de convencimiento, de campo a través, de ganarse de nuevo el lugar en la mesa. Las que deberían seguir musculando, el mecanismo se engrasó. Se acabó haciendo agujero con el último gol de Clara Cambray a portería vacía pero más que el resultado final de 13-10 era el peso quitado de encima. El Assolim CN Mataró ya no llora, el Assolim ahora factura. Y a todo un Sabadell.
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