El Assolim CN Mataró, totalmente groggy, también pierde el tercer lugar

El Assolim CN Mataró sigue en un hoyo. 22 horas después de la debacle en las semifinales de la Final Four de la Champions, el equipo de Dani Ballart no ha sabido ni ha podido vencer al CN Sant Andreu, que ha acabado llevándose el bronce en medio de una gran euforia. No se puede entender la derrota de este domingo sin la indigestión del partido contra el Olympiacos. El equipo está totalmente grogui, con buena parte de las piezas más ilustres de la plantilla singular y particularmente hundidas. Este domingo el equipo no se ha desconectado del partido pero no ha sabido tomar ventaja en ningún otro momento que en el 1-2 del primer cuarto. Una lástima. Una Final Four para olvidar.

Una final de consolación (nombre que puede parecer condescendiente pero que viendo cómo la han celebrado las barcelonesas cobra todo su sentido) puede ser un partido sin alma ni ganas pero hoy no ha sido así. El Assolim y el Sant Andreu se conocen, deparan partidos trepidantes, se buscan y se encuentran las cosquillas. La igualdad ha sido manifiesta durante los cuatro períodos pero las ventajas han sido sem andreuencas. El Assolim ha remado, remado y remado. Ha empatado tres veces en el último cuarto y ha tenido oportunidades para ponerse por delante. Pero no. Cuando estás grogui el cuerpo no te responde.

Motivos para la esperanza

El cuadro general que dejaba la Final Four no es halagüeño. Silvia Avegno no ha existido ninguno de los dos días, Van de Kraats ha aparecido muy poco (y ha cometido una exclusión de pardillo que ha sido la acción decisiva), Sevenich no está bien y tampoco Anni Espar ha tenido confianza ni inspiración. Contrasta con todo esto el oficio y el orgullo de Rita Keszthelyi, la consistencia de Nogué y Guiral y sobre todo ha destacado por encima de todo un partido para enmarcar de la portera Mariona Terré, 19 añitos. La culpa de que el Assolim no se haya descolgado es toda suya.

Porque Dani Ballart ha tocado la tecla y ha elegido a la portera de la liga, haciendo descansar a la de Europa Laura Aarts -que hizo una mala semifinal- en una decisión reveladora y sintomática. La tropa de catalanas y las generales extranjeras que no rompan filas cuando no toque son las que deben intentar ganar las batallas que quedan, que son complicadas. El Sabadell en partido de liga, la Copa de la Reina con las vallesanas en semifinales y el Play-off final de División de Honor son ahora montañas con pendientes pronunciadas.

Habrá que olvidar la pesadilla de la Final Four de La Nova Escullera para que la decepción sea excepción y no la norma de una temporada en la que había muchas ilusiones depositadas.