Bequeteros furtivos e incontinencia en un 25 sin Nit Boja

Que Las Santas de este 2021 son diferentes, llevan asterisco y son cómo aquellas dietas en las que el médico te prohíbe comer de todo se sabe y es así. Hay que entenderlo y justo es decir que la gran mayoría lo asume sin rèmora de ningún tipo. Pero hay momentos en que el vacío del que no está, ni estará, ni se puede hacer, predomina. Días que no son D y horas que no son H pero no dejan de ser aquel día y aquella hora. Se sabe qué tocaría. Pocos momentos tan esclatants y esperados que el 25 de julio a las once y media.

Sin Riera llena, sin Gigantes en la calle, sin Banda, sin Noche Loca, sin Desvetllament Bellugós y sin alternativa, Mataró vivió el segundo 25 de julio de vacío con protagonismo por los que hicieron caso al programa y justo en el momento de las once y media se hicieron el Desvelo. En casa o por ejemplo al Puerto (el único escenario donde había segundo pase, además de detrás el Ayuntamiento) sonó el Bequetero.

Justo es decir que 'hacer el 15' sin el contexto y en solitario puede llegar a ser ridículo. Pero se hizo. Ya había sonado por la mañana, en los dos pases de concierto de la Banda, muy contenido.

La Riera estalla por unos momentos

La imagen de la jornada, pero, estaba clara. A la Riera, donde tocaría, mientras decenas de personas esperaban para acceder al acto Único o vaguejaven, por un momento y en furtivitat sonó el Bequetero, de forma improvisada. Algunos músicos, de banda primero y grallers después, hicieron sonar las notas más conocidas y obviamente la gente respondió. Un centenar largo de personas se agacharon y contar a 15, mientras saltaban y hacían la vive vivo durante pocos minutos. La Policía Local apareció y el Desvelo furtivo se deshizo.

Tocaba hacer caso, que es el que hace todo el mundo. Por el bien de la salud y porque si no toca, pues no toca. Ahora bien, cómo que muchos mataronins tienen al Bequetero cómo unas buscas del reloj interno que lo activan todo, a los dos pases del Único, el espectáculo de detrás el Ayuntamiento, el estallido en el final de fiesta (con la versión del Bequetero que se marcan Llibert Fortuny y la Agrupación Musical del Maresme) fue total. Cinco minutos, o menos, de farra y de incontinencia, más ligera al primero pase que al segundo. El Bequetero desata. Era 25 por la noche.

Volviendo a la disciplina y acabados los actos de programa, seguridad privada y Policía Local velaron porque la zona del Centro se vaciara y se cumpliera el toque de queda. De madrugada, seguro, alguna azotea o piso se han sumado a la furtivitat. Anécdotas e incontinencias. Migajas de 25 normal en una Noche nada Loca.