Manuel Mas

Manuel Mas i Estela

Exalcalde de Mataró

20 años del Nuevo Parque Central

Ahora hará veinte años hicimos una fiesta para celebrar que abríamos el Nuevo Parque Central. No estaba todavía acabado del todo (sólo el 80%) pero ya no nos podíamos esperar más. Hacía más de cien años que lo veíamos dibujado en el Plan que los higienistes Melcior de Palau y Emili Cabañas hicieron el 1878 estableciendo el Ensanche que superaba el viejo círculo de las murallas. El nuevo ensanche costó años de llenar. La ciudad de comienzos de la segunda mitad del siglo XX había desbordado (mejor dicho, se había extendido fuera) desordenadamente aquellos límites y los jóvenes arquitectos del PLAMAT '71, Manuel de Torres y Agapit Borràs, recuperaron en el planeamiento aquel parque que ahora quedaba situado al viejo medio de la trama urbana que se había construido de cualquier manera de una forma bastante anárquica.

Una de les fonts més grans de Mataró, al nou parc central.

Pero los mataronins y las mataronines nos tuvimos que esperar unos cuántos años más: hasta que los Ayuntamientos democráticos cogieran hombro para afrontar una obra de aital envergadura. Casi bien, a la postre, treinta años más. El urbanismo democrático de la mano del Honorable Salvador Milà lo consiguió.

Desprendido de las elecciones municipales del 1999, otra vez el PSC con mayoría absoluta al Ayuntamiento, hice un experimento de organización de la administración municipal no vertical y piramidal como se acostumbraba y se acostumbra a hacer en general, sino en malla, vertical y horizontal a la vez, a partir de unas teorías organizativas de las que entonces se hablaba mucho (en Joan Subirats era el referente). Creamos la concejalía de Ciutat sostenible con Montse López Figueroa al frente. De hecho su trabajo era la continuación del que hizo en Jeroni Escoda como regidor de Medio ambiente con la redacción y posta en marcha de la Agenda 21.

Dejo fuera de que la organización matricial de la administración municipal no funcionó y no se volvió a intentar aplicar nunca más.

El Nuevo Parque Central se hizo recogiendo todas las ideas de sostenibilidad ambiental que se conocían entonces. Desde la vegetación mediterránea que se plantó (árboles y arbustos), a la iluminación que no comportara contaminación, al aprovechamiento de las aguas (pozos y escorrentías), diseño de circuitos por el ocio, el deporte, el ocio o la actividad económica.

En su ejecución participó mucha gente. Los regidores responsables de Obras del tiempo de la construcción: Esteve Terradas y Arcadi Vilert. En Lluis Gibert, arquitecto ninguno del servicio de obras del Ayuntamiento, a la sala de máquinas. "Le iba la cabeza", tengo anotado que dije el día de la inauguración. Los técnicos que lo diseñaron: en Jaume Artigues, en Jordi San Millán y Antoni Elvira. Más de cuatro empresas trabajaron en varias partes de la construcción. Tuvimos ayudas económicas de la Unión Europea, con fondo FEDER, y de la Diputación de Barcelona. El Ayuntamiento y los propietarios de los sectores de urbanización en que estaba incluido el Nuevo Parque aportó lo suyo.

Representó la culminación de "la Nueva Ciutat" que veníamos trabajando en el Ayuntamiento desde el momento de la reanudación democrática. Era "la cirereta del pastel", dije aquel día.

El 21 de mayo del 2000 fue un día de fiesta gorda por los mataronins y mataronines. La ciudadanía se hizo suyo desde el primer momento aquel Nuevo Parque tantos años anhelado y ahora tanto necesario y estratégicamente muy situado, relligant el viejo ensanche el siglo XIX con el desgavell urbanístico del siglo XX trayendo la ciudad cabe el siglo XXI.

Bauticé, aquel día, allá mismo, el paseo central que discurre en diagonal desde la plaza de España a la Vía Europa como el "Paseo de los Ciudadanos" en honor a los que en el fondo con paciencia y opciones democráticas lo habían hecho posible y que serien sus usuarios. La "corrección, o incorrección, política" no hizo posible mantener aquel nombre y se ha quedado con Paseo de la Ciudadanía que -permitidme decirlo- no suena tanto bien.

Acabé el discurso de la inauguración con la prometida de que haríamos otra fiesta cuando el Parque estuviera acabado del todo. No recuerdo si la llegamos a hacer nunca. Mira, pero, que en estos veinte años se ha llegado a hacer de fiestas allá!

Quizás, ahora para celebrar sus veinte años, cuando sea posible volver a encontrarnos plegados y celebrarlo, hagámoslo allá, en el Nuevo Parque Central. Estiércol conjuntamente la celebración de las dos cosas: el Parque y la normalidad. Todos los mataronins y las mataronines, viniendo de los cuatro puntos cardinales de la ciudad: de La Habana a Cerdanyola, de Vista Alegre a la Ringlera del Camino real, y confluyendo todos a un gran encuentro festivo en el NUEVO PARQUE CENTRAL. Venga, Alcalde! Nos lo merecemos, por ambas cosas.

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