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La inteligencia artificial revoluciona el mundo del vino

Crece el interés de viticultors y bodegas para aliarse con la tecnología 4.0 para predecir los hongos, optimizar la cosecha y afinar la oferta al consumidor

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La inteligencia artificial gana cada vez más espacio dentro del mundo del vino. Cinco años después de los primeros cruzamientos de datos y modelo predictivos para viticultors y bodegas, la tecnología 4.0 ha avanzado discretamente para revolucionar el sector. Optimizar la cosecha, predecir la aparición de hongos a las cepas o ajustar la oferta a los gustos de los consumidores son algunos de los ámbitos donde se trabaja. El clúster vitivinícola INNOVE afirma que la inteligencia artificial tiene ahora una "madurez" que mujer garantizabas de futuro. "Está aquí para quedarse. O nos digitalizamos, o difícilmente podremos sobrevivir en un sector del vino cada vez más competitivo", asevera al ACN el manager de INNOVE, Eloi Montcada, que destaca la "fiabilidad y precisión" de esta tecnología.

Trabajar la viña de una forma más sostenible, extender la digitalización a toda la cadena de producción, y poder desarrollar nuevos productos y servicios son tres ejes donde la inteligencia artificial "juega un papel fundamental", resalta Montcada. Después de años de pruebas piloto, colectivos de investigadores cómo el clúster INNOVE y el centro tecnológico Eurecat empiezan a constatar los primeros resultados. Siguen trabajando nuevas iniciativas para optimizar la elaboración de los vinos, desde la viña hasta la botella que llega al consumidor.

El promotor de tecnologías robóticas de Eurecat, Jesús Pablo, advierte que la madurez de la inteligencia artificial abre numerosas posibilidades empresariales y hace un llamamiento al talento catalán a sumarse. "La revolución está pasando, pero tenemos que protagonizarla", recalca, lamentando que "si no, todo se basará al comprar tecnología de fuera y el impacto económico no se quedará en el territorio".

Un robot mesurador en una vinya

Un robot medidor en una viña

Primeros resultados a la viña


Los modelo predictivos a la viña es el ámbito donde más se ha avanzado. Covides, Vallformosa, Bodega Hueso, Juvé & Campos, Codorníu y Gramona son algunos de las bodegas que trabajan los primeros proyectos. En algunos casos, se creen datos históricos de estaciones meteorológicas con imágenes por satélite para predecir cuál es el momento idóneo para aplicar fitosanitarios y anticiparse a la aparición de hongos. En otros, el cruzamiento de datos se complementa con información recogida con sensores, hecho que permite optimizar los tratamientos y predecir la maduración de la uva.

Es el caso de un proyecto del centro tecnológico Eurecat testado a Juvé Campos. Los últimos meses, han desarrollado Scorpion, un robot con varios sensores que recorre las viñas para captar información sobre la evolución de las cepas. "Esto permite obtener información muy valiosa para modular los tratamientos y reducir el impacto en el medio ambiente", destaca Pablo, de Eurecat, que esta semana ha hecho una demostración del aparato a la Wine Innovation Week.

Los desarrolladores estiman que el robot se podría comercializar de aquí a tres años con una maquinaria que garantizaría el funcionamiento 100 % autónomo –las pruebas actuales son teledirigidas-. En este sentido, el objetivo es introducir al aparato un mapa que concrete las necesidades de cada renglera de cepas, de forma que la máquina trate cada segmento de cultivo de forma muy precisa.

Otro ejemplo de aplicación de la inteligencia artificial a la viña es a Familia Tuestas, a través del consorcio AgrarIA, que une 24 empresas de varios subsectors agrícolas. En este caso, la compañía vitivinícola hará ensayos a la viña por, entre otras, optimizar la predicción de la vendimia. De retruque, Tuestas también augura que el trabajo con modelo predictivos permitirá tener capacidad de ajustar las producciones compradas a labradores externos.

Eurecat desenvolupa tecnologia per al sector vitivinícola

Eurecat desarrolla tecnología para el sector vitivinícola

Monitoritzar los clientes para mejorar la oferta

En cuanto a la distribución de vinos, Sumarroca, Upwine y Winelo han desplegado un software que permite mejorar el conocimiento y la experiencia del consumidor a través de la monitorització de las compras. Con un sistema desplegado inicialmente en las tiendas especializadas, las empresas pueden conocer los gustos de los clientes con tarjeta de fidelización para afinar después los productos que los ofrecen. La implantación de una app para que los consumidores muestren sus preferencias es otra de las herramientas con que está previsto aplicar la inteligencia artificial.

Entremedias de la tecnología 4.0 aplicada a la viña y a la distribución, pero, hay todo el proceso de elaboración a las bodegas, un campo de trabajo donde "hay que avanzar mucho más", destacan desde INNOVE. Uno de los proyectos que está en desarrollo se basa instalar sensores dentro de las botas de vino, para controlar la evolución del oxígeno y del CO2 y detectar cualquier anomalía de forma rápida.

Este control remoto y constando deja obsoleto el actual sistema de muestreos aleatorios. El responsable de proyectos de INNOVE, Víctor Tirado, señala que esto puede permitir "salvar" la producción de numerosos litros de vino que a menudo se acaban tirando porque las anomalías se detectan demasiado tarde.

Placas solares a las viñas y sensores a las botellas, el futuro


De cara al futuro más inminente, en el caso del cultivo, INNOVE trabaja en la instalación de placas solares a las viñas con la intención de protegerlas de los momentos más duros de radiación. Bajo las placas, explica Tirado, se instalarán sensores para recoger datos sobre la evolución de las cepas y así mejorar el tratamiento del cultivo. Son placas solares móviles pensadas para proteger las cepas en momentos determinados y, a la vez, se plantean cómo una fuente de ingresos complementarios para los labradores gracias a la generación de energía verde.

Tirado detalla que la intención es que las placas fotovoltaicas cubran un 30 % de la viña. La previsión es hacer una pequeña prueba piloto a finales de este 2022 a Vallformosa para afrontar el 2023 con capacidad de implantar media hectárea de placas en una finca. El clúster está en conversaciones con varias bodegas para acabar de perfilar la propuesta.

Por otro lado, a medio plazo, uno de los ámbitos donde INNOVE ve un gran potencial para aplicar la inteligencia artificial es a las botellas de vino. Tirado lamenta que ahora los envases "no dan datos" mientras celebra que la tecnología 4.0 abre la posibilidad de instalar sensores en las botellas, de forma que salgan ganando tanto las bodegas cómo los consumidores. La intención, explica, es que los elaboradores puedan mejorar la traçabilitat de su producto mientras los clientes puedan saber, por ejemplo, si el vino se encuentra en el momento óptimo para ser consumido.

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