Capgròs
La ansiedad, tanto si se manifiesta de forma repentina cómo de forma más leve, es una de las sensaciones más empipadoras de sufrir. En un año como este, condicionado por los efectos de la pandemia y la incertidumbre social compartida, puede afectar además gente que en otros retornos a la normalidad similares, más allá de la habitual referencia al estrés puesto-vacacional.
La ansiedad es una emoción natural, no patológica de por si, por lo cual lo más importante es reconocerla como tal y saberla gestionar. Ante la aparición de síntomas propios de la ansiedad, es importante que la persona sepa gestionar esta emoción para que no se sienta desbordada por ella ni se altere excesivamente su vida cotidiana o la percepción del entorno.
Cuando la ansiedad desborda la persona que la sufre, afecta la autonomía de la persona o altera la realización de las actividades de la vida diaria, es necesario el inicio de un tratamiento específico para controlarla. En estos casos, el tratamiento combina medicamentos y terapia psicológica.
Medicamentos, siempre bajo supervisión
Los medicamentos más utilizados son los ansiolítics, que reducen rápidamente los síntomas del trastorno. Únicamente se tienen que tomar bajo prescripción médica y sólo durante un máximo de entre 8 y 12 semanas. Para evitar riesgos, en ningún caso se tienen que dejar de tomar voluntariamente y de forma brusca, sino cuando lo indique el médico y con una reducción gradual de la dosis. Progresivamente se tienen que ir sustituyendo por técnicas de autocontrol.
La terapia cognitivoconductual es la técnica de apoyo psicológico más eficaz para los trastornos de ansiedad. Incluye tres tipos de intervenciones:
- Técnicas cognitivas. Ayudan a identificar y neutralizar los pensamientos erróneos en la interpretación de la realidad causantes de la reacción de ansiedad.
- Técnicas de relajación. Contribuyen a disminuir la tensión muscular, mejorar la respiración y reducir el estrés.
- Técnicas centradas en la conducta. Trabajan la exposición en los estímulos o las situaciones que provocan la ansiedad y enseñan habilidades personales y sociales para hacer frente.
El tratamiento acostumbra a durar unos meses, en función del tipo de trastorno, la gravedad o la colaboración del paciente.
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