Capgròs
El cáncer de páncreas es uno de los más mortales que hay. Conecretament, en la variedad de adenocarcinoma ductal causa la muerte al 88 % de los pacientes diagnosticados. Hoy en día a los Estados Unidos es la tercera causa de muerto, y la séptima en todo el mundo. Parece, pero, que podríamos estar ante una revolución médica con el desarrollo de una vacuna que mejoraría el tratamiento.
La revista Nature publicó una investigación del Memorial Sloan Kettering's David M. Rubenstein Center for Pancreatic Cancer Research que lleva esperanza. Los investigadores probaron una vacuna en 16 pacientes con cáncer de páncreas y consiguieron respuesta satisfactoria en mitad de los participantes. Esto no quiere decir que ya tenemos una vacuna para acabar con el cáncer de páncreas. No todavía. Las vacunas para el cáncer funcionan diferente de las inmunizaciones clásicas que ya conocemos. Aún así, el adelanto de este desarrollo podría representar un cambio rotundo en la mortalidad por esta dolencia.
La del cáncer, una vacuna diferente
Cuando pensamos en vacunas imaginamos una sustancia que nos inyectan antes de enfermar. Por ejemplo, inyectamos a los niños la llamada «triple viral» porque no desarrollen sarampión, rubeola o parotiditis, o porque se encomienden por las sufran de una forma leve. Las vacunas para el cáncer, al contrario que las habituales, se inoculan cuando ya se ha detectado la neoplasia en el paciente. No son preventivas, sino que pretenden mejorar la respuesta del cuerpo ante la patología.
De este modo, las vacunas por el cáncer persiguen tres objetivos, parar la propagación del tumor hacia otros tejidos, ayudar a la destrucción de las células cancerosas que están siendo atacadas por la quimioterapia o la radioterapia, y prevenir la recaída los meses o años posteriores.
Cómo funciona la vacuna contra el cáncer de páncreas
Se aislaron algunas proteínas presentes en tumores extirpados a pacientes con cáncer de páncreas. En específico, se buscaron las proteínas que son características de estos tumores, es decir, que no se encuentran a otra banda. Con esta información, se creó ARN mensajero que fuera capaz de fabricar proteínas parecidas cuando se insertaban en una célula. Las nuevas proteínas, que son similares, pero no idénticas a las del tumor, se denominan neoantígens. La vacuna con este ARN mensajero se fabricó, añadiendo sustancias que aseguraran la estabilidad del compuesto y la llegada del mismo a las células. Acabada la fase laboratorio, la vacuna se administró a los pacientes. En este caso particular, fueron 16 voluntarios que recibieron, además del vial, un abordaje con fármacos immunomoduladors y quimioterapia después de su cirugía.
Resultados? La mitad de los participantes respondió de manera positiva a los neoantígens. Es decir, sus células del sistema inmunitario se estimularon, se activaron más y combatieron otras células malignas que habían quedado. Además, parece que evitaron la recaída y la reaparición del tumor a medio plazo.
Qué significa este descubrimiento?
Una vacuna contra el cáncer de páncreas sería un cambio de dirección en el tratamiento de la dolencia. Cómo bien indica el comunicado oficial de la institución investigadora, todavía falta más desarrollo porque la mitad de los pacientes no respondieron a los neoantígens.
Aún así, se está en camino de una revolución médica con la técnica del mARN. Reducir la recaída en oncología es fundamental. Muchas personas atraviesan el primer tratamiento con éxito, pero al cabo de poco tiempo vuelven a las consultas con síntomas similares y reciben nuevamente el mismo diagnóstico.
Fuente: mejorconsalud.as.com
Comentarios