Plogging. Ejercicio y recoger basura.
Plogging. Ejercicio y recoger basura.

Plogging: hacer ejercicio y mejorar el entorno

Una práctica deportiva para recoger basura de nuestro entorno y ponerse en forma.

Dejáis el bosque como os gustaría encontrarlo. Con este eslogan, que remite al cartel suplicatorio que encontramos a muchas puertas de lavabos públicos, podríamos presentar una tendencia cada vez más tendido, con nombre propio y que no deja de responder a una problemática incipiente: la cantidad de residuos y desechos que se acumulan al medio natural.

Hoy hablaremos del Plogging. Así, porque este es el nombre de una práctica que más allá de recibir la catalogación inglesa de turno no deja de ser una variante del excursionismo o el hecho montaña que se debe a cómo de marranos podemos llegar a ser como humanos cuando vayamos o volvemos por un atajo, un arcén, una riera, un camino o un campo. Vivimos tiempo de eclosión de la práctica física y deportiva por los entornos naturales de nuestros municipios. Ante el confinamiento municipal impuesto para frenar la Covid-19 estamos cerrados a nuestro propio término y esto nos ha abocado a salir a estirar las piernas (además o menos ritmo) soles o en grupo burbuja. Necesitamos aire libre y movernos y además de espacios, caminos, rutas y excursiones que tenemos próximas también basta de salir a andar para ver hasta donde puede llegar la mezquindad humana: como de sucios pueden estar algunos entornos.

Latas, botellas, vasos, vidrios… cuanto más lejos se está de la trama urbana más mal hace encontrar tanta (con perdón) mierda que quienes van o vienen han abocado. Un atentado ecológico que a través de esta práctica deportiva podemos mirar de resolver. Sería genial que el Plogging no tuviera que existir, pero cada vez crece más como práctica deportiva declarada o como actitud.

De donde viene el Plogging?

El plogging es una actividad deportiva que proviene de la combinación de las palabras en sueco plocka upp —que significa “recoger”— y del inglés jogging —que significa “trotar”—. Este deporte, originario de Suecia y es un deporte que combina correr con la limpieza de basura. Se trata, pues, de un deporte ecológico que ayuda a mantener un planeta más limpio y un medio ambiente más saludable, así como a mejorar nuestro estado físico.

Y es que, unos 30 minutos aproximadamente de este ejercicio dan lugar a la combustión de unas 300 calorías, puesto que este deporte combina la carrera con ejercicios como las sentadillas y, incluso, las flexiones. Es por esta razón un ejercicio muy recomendado para las personas que buscan bajar de peso pero que, además, están concienciadas por el medio ambiente y la contaminación del planeta.

A partir de aquí, hay bastante filosofía y hojarasca escrita, como la que enumera sus beneficios

Mejora la autoestima: El plogging es un deporte que refuerza la conciencia medioambiental de las personas que lo practican, además de mejorar la autoestima al contribuir en una buena causa cómo es la limpieza de las calles. Este beneficio es propio de todos los deportes ecológicos.
Ayuda a perder pes: A causa de la combinación de varias actividades como es lo running, pero también las sentadillas y las flexiones, el plogging es un deporte que resulta muy útil para perder pes y ayudarnos a mantenernos en forma.
Mejora la salud cardiovascular: Otro de los beneficios de este deporte es que mejora la salud cardiovascular, puesto que aumenta la capacidad pulmonar —esto es propio del running—.

Aumenta el rendimiento: Mejora la oxigenación de nuestro cuerpo, por lo cual se incrementa la energía y con esto las capacidades —o rendimiento— físicas.

Más allá del deporte, una actitud sanatòria con el medio

Lo plogging puede parecer una frivolidad o, en cierto modo, una marranada. Pero también se puede tomar como un compromiso colectivo con el entorno, de responsabilidad por no permitir que se degrade, de vallar el paso al efecto nocivo de los plásticos y otros desechos abocados. Cada vez son más los excursionistas que se llevan una bolsa de la basura y que van recogiendo el que ven, el que hace daño en los ojos, del que encuentran. Un gesto sencillo, por el que no hace falta ni correr ni poner nombres anglófonos, pero que puede combinar el actual ‘boom’ (otra palabra inglesa) de la ir y venir por los caminos con cierto ejercicio de vergüenza colectiva por cómo nos podemos cargar el entorno.
Ojalá no tuviera que existir, el plogging. Pero mientras tanto, por qué no hacer?

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