Señores y señoras, lo mejor del Domingo de Ramos

Que esta semana presente acabará con el Domingo de Ramos es tan real a nivel litúrgico y de calendario como cada vez menos extendido o conocido. En una sociedad secularitzada, que este domingo tenga el apellido que se quiera, que lo realmente importante es que empieza la Semana Santa, desde viernes los nanos ya no van a la escuela y ya nos hemos cruspit la cuarta parte del 2021. Poco cachondeo.

Pero este domingo se escribe en mayúscula porque es Domingo de Ramos. Lo saben los de misa, lo saben todos los de la patuleia de cofrades y penitentes de la Semana Santa, lo saben los cuatro artesanos o vendedores que quedan de palmes y palmons o lo sabe la Vieja Cuaresma que suerte que está colgada porque sino le tocaría de hacer equilibrios sobre una sola pierna. Pero aquí nos han hecho llamar para hablar de gastronomía y hasta ahora más allá de alargar la alocución estamos mareando la perdiz. Quizás que hacemos atinar. El Domingo de Ramos y por extensión todo su fin de semana tienen asociada una de las tradiciones dulces más sensacionales del año. Los Señores y señoras. De tan buenos que son se merecen obviamente el titular escogido: son el mejor del Domingo de Ramos.

Los Señores y señoras no son únicos de Mataró pero se conservan más en la capital del Maresme que no en otros lugares. El que sí que es propio de aquí es el nombre, este 'Señores y señoras" que proviene del hecho que una de las siluetas más representadas en estos galletas mòrfiques son las de un señor y las de una señora. Talmente fueran los dibuixets que distinguen, a los lugares públicos, los lavabos de ellos de los de ellas. Fuera de Mataró, donde de galletas propias de Ramos había habido (y a algún lugar todavía hay) prevalece el nombre de 'currutacos' para referirse. Propio del castellano, un currutaco es un objeto pequeño (o una cosa currutaca es más bien xata) de forma que si la denominación mataronina deriva de la forma, el prevaleciendo en otros lugares hace más referencia a la medida. Cosas sensacionales de la etimología gastronómica, oi?

De formas divertidas y sobre todo muy duras

He aquí los Señores y Señoras y el que son. Un galletas duras y dulces que cuando la cosa ritual de las palmes y los palmons era más tendido a menudo se colgaban como elemento decorativo efímero (antes de las queixalades, se entiende) para hacerlo todo más guapo y proto-infantil. Sí, todavía hay quién lo hace. Quizás no todo lo tenemos que conjugar en pretérito. Y el que convierte esta galleta en única es su excepcionalidad (sólo se hace por Ramos, sólo se come estos días) y característica de forma.

Aquí podríamos versionar el inefable chico mallorquín y su inocente pubertad con el "pelotas, que son de buenas" con un nostrat y localista "señores y señoras, que son de duras!". Ay, que vamos por el cuarto párrafo del panegírico y todavía no hemos glosado la magnificència gustativa del invento. Los que mean colonia dirían nota de cata, como si fuera la gran cosa. Alguien puede haber llegado aquí y mascullar con razón que encara no hemos dicho muy bien qué son los Señores y Señoras. Que por qué tiene que ir a comprar por Ramos. Hagámosle caso y sobre todo intentamos de persuadir en el mantenimiento de la tradición, gentil y deliciosa cómo es.

Le pregunto a en Claudi Uñó, que es uno de los mejores pasteleros de Mataró. No es que lo diga quién escribe, es algo que a estas alturas esto está fuera de duda. Aunque parezca que llegados a estas alturas del calendario a la orden del día de Uñó sólo tenga que haber lugar por las mones, la semana pasada encontró el momento de preparar los 'Señores y señoras'. Le pregunto muy bien qué son y me responde acotant y cara a barraca: "Una galleta muy dura hecho con harina, huevo, azúcar, canela, limón y agua que se hacían con el fin de que se colgaran a la palma".

En Claudi asegura que "las figuras tenían que tener algún lado o ángulo porque se pudieran colgar" de la palma o palmó y arrecia que "aquí en Mataró es uno de los lugares que la tradición se mantiene más viva, por eso seguimos haciendo". En las formas de señor, de señora, de escalera, de casa o de animales hay la gracia pero no es que el maestro pastelero las calque porque sea un metrónomo, no. Aquí también hay parte de la gracia puesto que los Señores y Señoras se hacen con unos moldes antiquísimos que diferentes pasteleros comparten. Por eso a menudo a los diferentes establecimientos se pueden encontrar galletas diferentes con la misma forma, más dulces o gruesas según la receta de cada pastelería o panadería, sí, pero idénticas de xura porque son calcadas del mismo molde.

Cómo que Ramos siempre se escau en domingo pero todo el fin de semana viene o va a estallar, las bolsas de Señores y Señoras artesanales, fornejats, crujientes, duros y dulces pueden amorosir las comidas de más de un día. Apareciendo a la hora de los postres, propiciando una merienda especial, poniendo a prueba dentaduras octo o nonagenarias (si se da el caso, digáis a los viejos de casa que los dejen mojando al cava, como quien se lo bebe sorbiendo del barquillo por Nadal) y haciendo las delicias de los pequeños. Que al fin y al cabo las palmes cotizan a la baja pero las galletas, si son buenas, no morirán nunca.