Peras de San Juan
Peras de San Juan

Peras de San Juan: aprovecha, que no duran!

Las peras de San Juan o simplemente peretes se han acabado avanzando al inicio de verano y se tiene que aprovechar cuando hay

Se llaman peras de San Juan pero prácticamente que cuando llega la fiesta del solsticio de verano estas ya han flaqueado (en sentido metafórico, se entiende). Una de las frutas de temporada del mes de junio más especiales de todas, sobre todo por huidizas, son estas peras pequeñas, robustas, carnoses y buenas que siempre se han asociado al santo bautista.

El nombre, en este caso, hace la cosa o cuando menos la hacía. Vamos a las fuentes, que en este caso es la plaza. encuentro las peras de San Juan cuando apenas despunta el junio pero el desgarriat con el calendario frutal en este caso soy yo. El profesional me dice "ya es esto, las peras se han avanzado del todo". Avanzado de qué? Pues de la fiesta del 24 de junio. Si la consuetud las asociaba a la segunda mitad del sexto mes del año, entre el cambio climático, los invernaderos y el sursum abrocha ahora ya son a inicios de mes y, con el tono más bajo de consejo que saben hacer todos los paradistes cuando buscan complicidad pero no esbombar demasiado nada, la consigna es clara: "aprovecha, que no duran!".

Las peras de San Juan son de las tempranas, un tipo de prefacio de la temporada de los ejemplares más clásicos que parecen creadas para refrescarnos los meses más xafogosos. Son de una medida pequeña que, si fueran peces, pensarías en si cosechándolas estás haciendo alguna ilegalidad. Pero no. Son así. Son pequeñas y me atrevería a decir que juguetonas. Parecen de juguete, medida de bocado, cómo unos postres. Un tipo de bombón de fruta. Llamativas por la medida y especiales porque se conoce que no duran: cuando llegan a plaza o en la tienda y las voces es normal que te acabes atansant. Tienen buena prensa.

Por su medida pequeña uno casi que podría fabular con qué fue la propia natura las que se las tuvo que inventar para hacer codos en medio del alta temporada de fruta dulce y menuda. Si fueran creadas por un inventor, las peras de San Juan serían un antídoto reivindicativo de la pera en tiempo de ciruelas de yema de huevo, cerezas, fresas, nísperos o albaricoques. Uno "o nos calentamos todos o la estufa va a la calle", que diría en Lopes de Platos Brutos para no hacer la dicha machista más común de la prostituta y el río.

peres santjoan

Si encontráis en plaza, comprad!

Dulces, pequeñas, de un solo bocado

Cómo que de pequeño las recuerdo con fruición, como todo el que no duraba y era de un solo día, las peras de San Juan siempre me parecieron una cosa excepcional en todos los sentidos del adjetivo. Un tipo de artificio frutal, muy frágil porque no aguanta el paso del tiempo ni sabe (o quizás no quiere) alargar la temporada. Que prácticamente exige queixalar-la incluso por aquellos que las peras gordas preferimos pelarlas bien. No conozco nadie que se la pele (ep: seguimos hablando de las peretes) pero seguramente hay haciendo para todo. En todo caso diría que en la firmeza rugosa y enganchada de la piel hay una de las claves de su gusto.

La carnositat es más contundente que las peras de temporada y por fuera tienen un verde a menudo poco reforzado, con un toque más amarillento al cabo de los días, hecho por el que la pieza es propensa a alguna mancha o guapa: no seamos llepafils que entonces serán más buenas. Envermelleixen cuando maduran por el que el punto óptimo es un tipo de de difuminado entre los tres colores. Cuesta encontrarlo: pero cuando lo enganchas la recuerdas, aquella pera. Por el contrario, si la comemos verde nos puede llegar a parecer demasiado dura de textura y de un gusto más insulso.

Cuesta encontrarlos el punto porque cómo si sintieran de lejos los primeros petardos o los mensajes cruzados de teléfono móvil "qué hagamos este año por San Juan?", las peras homónimas reculan rápido y se echan a perder. Es probable que si estamos de verbena tardamos todo un año a volverlas a entomar. Querrá decir que vuelve a ser justo y recuperamos unas peras únicas y especiales que paga la pena de esperar todo el año.

 

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