Circo Raluy Legacy, un equilibrio entre diversión y espectacularidad que vale mucho la pena

Panem te circenses! En latín, pan y circo, se usaba de forma peyorativa para definir cómo un gobierno ofrecía a las masas alimentación y entretenimiento de baja calidad para tapar sus malas prácticas. El circo quizás suena antiguo, de otra época, pero sería bueno dejar atrás los prejuicios porque después de ver el espectáculo que el Circo Raluy Legacy lleva a Mataró (hasta el próximo 20 de noviembre), podemos decir que estamos ante un acontecimiento de primera: divertido y espectacular a partes iguales, que dejará boquiabiertos a los pequeños pero también sorprenderá a los grandes. Una agradable sorpresa.

A la sesión del pasado domingo, día 13, era imposible encontrar ningún niño que no saliera con una sonrisa de oreja a oreja, principal motivo para ir a un espectáculo cómo este. Pero los padres, madres y abuelos, también salían sonriendo, porque quizás pensaban que iban a hacer un favor a sus pequeños y se encontraron un show pensado también para ellos.

El Circo Raluy Legacy combina a lo largo de dos horas (con una pausa de 15 minutos entremedias) momentos de diversión e interacción con el público de parte de varios presentadores entregados y con gran dominio del escenario. Ríen los pequeños y ríen los grandes con facilidad. Junto con esto, todo tipo de espectáculos y trucos que arrancan los "oh!" de forma constante, y que seguramente muchos de ellos has visto en programas de televisión (como Vaso Talento) pero que en directo todavía son más sorpresivos.

Desde ejercicios de gimnasia de gran factura a malabarismos , pasando por acrobacias además de 15 metros de altura que posan la ay al coro. No faltan los trapezistes, guarnidos como si fueran de otra época y posando toques de humor mientras fant volteretas al aire y se cogen los unos con los otros.

• Puedes consultar horarios y entradas en este enlace

Todas las actuaciones merecen la pena, tanto las más payasas -en el buen sentido- cómo en las más exigentes, y el ritmo del espectáculo no decae en ningún momento. Inclús hay espacio para la magia -en su punto justo para sorprender a quien le guste y para no hacerse pesado si no te gustan los magos- y por expresiones artísticas donde la ambientación que se crea es tanto importante como el que se hace. Inclús hay momentos para la danza, al inicio y al final, que es capaz de transmitir pasión y alegría de parte de los integrantes del Circo. Y esto el público lo nota y lo agradece.

Por el número final queda un momento en el que es imposible que no te suden las manos, en un truco que mezcla tensión, peligrosidad y espectacularidad a partes iguales. La sensación desde fuera puede ser que esto del Circo no hace para tú, pero la realidad es que el espectáculo es de mucha calidad. Si tenéis niños en casa, ni os lo pensáis. Su cara de felicidad valdrá mucho la pena. Y la vuestra seguro que también.