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Hacia una nueva sociovergència en Mataró?

La aritmética permitiría al PSC podría formar un ejecutivo estable con Junts por Mataró, la alternativa más sólida que tienen los socialistas a gobernar en minoría

El PSC de David Bote gobernará cuatro años más en la ciudad después de la victoria clara lograda em las elecciones municipales del 28-M. La cuestión ahora es dirimir cómo lo hará, si en solitario y en minoría, algo factible ante el hecho que la oposición está muy fracturada, o bien buscando un pacto de gobierno que consolide un ejecutivo con mayoría absoluta, cómo ha hecho en el anterior mandato con En Comú Podem Mataró. Los resultados de la jornada electoral hacen que el pacto más factible sea con Junts por Mataró, y parece que los dos partidos se posan bien de entrada.

La repetición del acuerdo con los Comunes se ve ahora condicionado por la aritmética, puesto que la pérdida de dos regidores por parte de los socialistas y la repetición de resultados por parte del partido liderado por Sergi Morales les impide llegar a los 14 ediles necesarios para gobernar sin miedo a la oposición. Los cuatro años de pacto han sido, en términos generales, muy tranquilos, así que no se podría descartar del todo que se intente una reedición del acuerdo, esta vez sumando 13 de los 27 regidores del Ayuntamiento, pero el contexto actual les resta bastante argumentos.

Viendo el panorama que queda en el Ayuntamiento, los socialistas se encuentran ante una opción bastante apetecible el pacto con Juntos por Mataró, que ha ganado un regidor y llega a 3 (sumando los deseados 14 con los socialistas). Una reedición de la sociovergència del 2015 (Junts no dejan de ser los herederos directos de la CiU múltiplemente escindida), que sumó los 6 regidores logrados entonces por Bote en su debut y los 5 de Fernàndez para intentar pooner orden en el Ayuntamiento surgido de aquellas urnas, el más fracturado de Cataluña con 9 grupos. El acuerdo, a pesar de que con ciertas desavenencias, funcionó sin grandes sobresaltos a nivel de política municipal, pero se rompió debido a los profundos desacuerdos en materia nacional entre los dos partidos, después de los hechos vividos en el 1-0.

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Bote, valorando los resultados en la sede electoral

Con el proceso ya casimuerto y enterrado y con el resultado desastroso de los partidos independentistas en estas municipales, la situación a nivel catalán ya no es ningún impedimento para reeditar un pacto entre las dos formaciones. Tampoco lo es el talante de Junts por Mataró y su líder, Alfons Canela, que ha planteado un mandato y una campaña electoral críticos con el gobierno municipal pero sin buscar casi nunca la confrontación personal con el alcalde, con quien le une una relación cordial.

Canela ha planteado una campaña especialmente propositiva, con una serie de proyectos en el ámbito urbanístico, de movilidad, de promoción económica o de impulso comercial que, bien mirados, tampoco plantean diferencias ni mucho menos insalvables con las propuestas del partido de Bote. Si bien no hay que pensar que Junts regalará su apoyo al PSC a cambio de nada, también es cierto que los socialistas pueden ver en ellos un aliado exigente pero serio y leal.

Otro argumento que los dos partidos pueden encontrar a favor de la alianza es la situación en la que quedaría la oposición, diferenciada claramente en dos bloques antagónicos que difícilmente podrían construir un discurso alternativo con voluntad hegemónica. Por un lado quedaría el bloque de izquierdas, con ERC (debilitada después de los males resultados a Mataró y en todo el país), En Comú Podem y la CUP. Por el otra, el bloque de derechas, con Vox que ha entrado al consistorio cómo un huracán y el PP que recupera presencia en el Salón de Sesiones después de cuatro años al purgatorio.

Respecto a las diferencias ideológicas entre los dos partidos, cada vez cuesta más encontrarlas, especialmente cuando el PSC se presenta de forma totalmente desacomplejada cómo un partido moderado. Las palabras de Bote al valorar los resultados ayer domingo lo dejaban muy claro: ellos son "los únicos" que pueden hablar "con los unos y con los otros", y que pueden llevar a cabo "políticas de progreso pero también con orden". Centrismo puro y llevar, en definitiva, que casa bastante bien con la línea de Junts.

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Canela extiende la mano al PSC por "responsabilidad de ciudad"

Canela, por su parte, se afanó a mostrar su "mano extendida" para entrar al gobierno. "Nosotros tenemos vocación de incidir en temas de ciudad y extendemos la mano al gobierno de la ciudad para salir adelante proyectos importantes. Los detalles y el cómo se tendrán que ir concretando los próximos días", ha afirmado el líder de Junts.

El PSC también podría formar mayoría con ERC y sus 4 regidores, pero esta parece una opción mucho más lejana. A pesar de que Camprubí se refirió ayer a la necesidad de generar "consensos" de ciudad entre los "partidos democráticos", el acuerdo con los socialistas para gobernar conjuntamente fue del todo descartado ya en campaña.

 

 

 

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