Diablesas en patinete y acabar a las tres y media: el 28 vuelve a ser el 28

En Las Santas del regreso, del cómo si aquí no hubiera pasado nada, hay los grandes titulares y actas de masas y también toda la parrilla inferior. Están volviendo también los ratos concretos, los detalles, las tradiciones más concretas y acotades. En el universo que delimitan los actos con presencia de las figuras, ya hace tiempos que hay un planeta que va literalmente a su bola. La república independiente de la mañana del 28.

Ir a la Residencia a hacer parada y fonda es el motivo nominal y funcional de todo el que pasa. Se le dice Ida a la Residencia, el nombre hace la cosa. Pero es después de las sardanas y los almuerzos que de golpe todo parece un desvarío, un alegre pasarse de la raya, una colección de garabatos festivos. El día de las pandillas, por muchos, que pueden estar relajadas y salen a pasárselo bien aparcando un poco la formalidad que marca el registro de los días anteriores. Estas Santas toda aquella colección de ratos, detalles y estampas desenfrenadas ha vuelto con fuerza especial. Ha estado de nuevo el pasacalle y la dormida de los tontos.

Y es que si bajara un marciano (o alguien de Parpers allá, donde ya empieza Europa, que por el caso sería el mismo) y asistiera al que se ha visto esta mañana del 28 podría concluir que a Mataró la gente está xalada. El argumento para paliar la afirmación sería algo similar a decir que no del todo, pero que el 28 ya lo tiene esto, Y que el 28 hoy ha vuelto a ser el 28.

Las Diablesas iban en patinete y sus tabalers llevaban "pirulus" (me dicen que en catalán se llama pívots) de los que delimitan el carril bici a sus instrumentos. Las momerotes bailaban plegadas y llevaban el acompañamiento especial del Enano de Miguelete que solo sale este mediodía. Los Enanos iban precedidos del pastel de los 100 años de los Macers y en Patufet y en Robafaves rompía el protocolo yendo por delante, con en Maneló. Primero ellos, después las importantes.

El ante el Ayuntamiento era rebosante. El 28 es el día de las pandillas pero también de la mucha gente que se lo quiere pasar bien con las figuras. La Dormida en sí se hace a la residencia por el que al llegar al Ayuntamiento, turno para bailes especiales. Las dos momerotes bailando el de la Momeroteta en general o el águila con uno 'Ay Mamá' con centenares de personas cantando la canción de la Rigoberta Bandini. Las dos gigantas han hecho el Baile de Gordos y la Banda ha rematado. Eran las tres y media.

Además de los marcianos y de los de Parpers allá, los de los horarios europeos y racionales tampoco lo entenderán nunca todo esto del 28.