Juan Ortiz escribe el artículo 'La biblioteca popular. Más que un nombre'
Juan Ortiz escribe el artículo 'La biblioteca popular. Más que un nombre'

160 años de la Prisión de Mataró

El catedrático de filosofía Juan Ortiz repasa la historia del penal mataroní y reclama que no se olvide su pasado como espacio de represión e historia

El febrero del año 1863 se inauguró la Prisión de Mataró (1), entonces la más moderna del país. De estilo panòptico y proyectada por Elies Rogent, se convirtió en un ejemplo del estético avance aplicado al reformismo de la prisión. Los cronistas dicen que la obra de Rogent venía a humanizar la vida de los presos, que hasta aquel momento eran recluidos en condiciones infrahumanas en el edificio del Ayuntamiento.

También el febrero de 1863 (el día 8) fue fundada la Caixa de Ahorros de Mataró por un grupo de prohombres mataronins, entre los cuales sobresale Josep García Oliver. Querían crear una institución financiera capaz de cubrir las necesidades de previsión de las clases trabajadoras y populares en plena revolución industrial. La Caixa de Ahorros de Mataró fue la tercera caja creada en Cataluña, en qué muchos de los impositores obreros eran empleados de su fábrica. Cofundador también del Ateneo Mataronès, García Oliver fue jefe de los empresarios, y no dudó en promover el cierre patronal ante la movilización obrera en demanda de mejores condiciones laborales y salariales. También impulsó la Biblioteca Popular, la primera a España. Está claro que en aquella época se trataba de un gesto paternalista y para, de alguna manera, tutorizar las lecturas sobre todo de la menestralia.

Humanización o domesticación para amansar las ideologías rupturistas y revolucionarias? Éstos tres hechos no pueden pasar desapercibidos ni entendidos aisladamente cuando actualmente se está gestando un conjunto històrico-cultural en medio de la ciudad: La Prisión de Mataró como Espacio Memorial, que tendría que ser un proyecto que recuperara e interpretara la historia de esta, un edificio que durante un siglo y medio acogió centenares de presos, centenares de historias que hay que mantener vivas para recordar la importancia que tuvo esta instalación a Mataró.

La Prisión aconteció el lugar donde fueron encarceladas las persones participantes en revueltas de todo tipo. Durante el franquismo, las celdas de este recinto acogieron centenares de presos políticos, sobre todo durante la década del 1940, durante la gran represión de la posguerra. Además, dentro de sus muros hubieron décimas de reclusos que después serían ejecutados y que hoy en día están documentados.

La historia en general, y las de las prisiones en particular, habla idiomas diferentes según si la miramos desde bajo o desde la altura de las capas benestants y/o esteticistas.

Propongo tres ángulos de interpretación. El primero, desde el punto de vista arquitectónico. Es cierto que el edificio de Rogent incorporaba el estilo panóptico porque se ajustaba muy bien a los intereses de los fabricantes y de los patrones para abaratar costes, como por ejemplo lo hacen las economías de plataforma, que combinan descentralización en el espacio y concentración de poder con la gestión del algoritmo, cómo ha estudiado Richard Sennett, en un sentido, y la mataronina Gemma Galdón, en otro. No fue el ideólogo del utilitarismo Jeremy Bentham el inspirador de este diseño del control holístico, sino su hermano Samuel, que a finales del siglo XVIII trabajaba en la actual Bielorrusia para el príncipe Potemkin.

Samuel Bentham concibió la idea básica de un edificio circular en el centro de un complejo más grande cómo un medio para permitir que un pequeño número de gerentes supervisara las actividades de una mano de obra numerosa y no cualificada. Su hermano Jeremy lo aplicó en las prisiones donde el director tendría un interés pecuniario si bajaba la tasa promedia de mortalidad. El panòptico era más barato que las prisiones de su época, puesto que requería menos personal. Por qué? Pues porque en este diseño de prisión no se puede ver los vigilantes, y entonces no es necesario que estén de servicio en todo momento. Actualmente, la ideología de los sindicatos amarillos de las grandes empresas "educan" sus empleados porque sean "buenos jugadores de equipo", al servicio de la cúpula empresarial, está claro. En tiempo de Bentham, los presos serían utilitzados, además, como mano de obra para las fábricas.

El segundo ángulo: la Prisión como reflejo de la lucha de clases. La desigualdad ha formado parte integral del proyecto social del capitalismo desde sus inicios. Desde los inicios de la industrialización hasta final del siglo XIX o, quizás, hasta la Primera Guerra Mundial, no se produjo ninguna disminución estructural de la desigualdad. Al menos hasta el 1860 los salarios reales no solo se encallaron, sino que su poder adquisitivo retrocedió hasta cien años antes, mientras que las rentas del capital experimentaban un fuerte crecimiento, según demuestra el reconocido economista Thomas Piketty. La primera vez que se pudo detectar un descenso de la desigualdad fue a finales del siglo XIX y primeros del XX, cuando la creación de la Primera Internacional (1864). Estamos en el mismo marco histórico de la época de la inauguración de la Prisión de Mataró: otra coincidencia.

Las prisiones están indisolublemente asociadas a la despossessió de los medios de vida de la gente con menos recursos y a los movimientos de resistencia para hacer frente. Cataluña y Mataró, concretamente, fueron la cuna tanto del nacimiento de la UGT, cómo de la mejor versión del anarcosindicalismo (Joan Peiró, sin ir más lejos). Tendría que alcanzar el periodo de la represión (ya fuera durante la II República cómo de la posguerra hasta los años sesenta).

Pati de la Presó de Mataró, amb alguns joves presos polítics antifranquistes: Jordi Casals, Jordi Nonell, Josep Maria Fradera, Jaume Calsapeu, Joaquín Sánchez Musta, Luis Fernández i Jesús Nieto (maig de 1971)
Patio de la Prisión de Mataró, con algunos jóvenes presos políticos antifranquistas: Jordi Casales, Jordi Nonell, Josep Maria Fradera, Jaume Calsapeu, Joaquín Sánchez Musta, Luis Fernández y Jesús Nieto (mayo de 1971)


Un tercer ángulo: La reconstrucción del tejido político y sindical del antifranquismo (1960-1977), con la fusión de la vieja clase obrera, representada básicamente por algunos dirigentes veteranos de la CNT, con el movimiento de Comisiones Obreras, que incluía dirigentes procedentes de la migración otras tierras de España. confluyeron con las a salto de mata comunistas, encabezadas por el Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC), movimientos de cristianos de base, movimiento vecinal, etc. Este último ángulo a menudo se olvida por las a salto de mata historiográficas nacionalistas que no tuvieron gran protagonismo durante la dictadura.

En este sentido, habrá que tener en cuenta que la represión y las torturas se produjeron, no tanto en la prisión sino en la Comisaría y en el Cuartel de la Guardia Civil, así como a las dependencias policiales de Barcelona, donde se trasladaban los presos. Durante la represión de los años sesenta y setenta, llegar a la Prisión de Mataró sin haber delatado compañeros y compañeras o bien mínimamente entero físicamente, ya era una victoria moral y psicológica.

Desde este punto de vista, la Prisión de Mataró tiene que contener documentación de las vivencias de los ciudadanos y ciudadanas de Mataró que pasaron por allá. Las luchas de los presos políticos tienen que tener protagonismo a la nueva definición del equipamiento de la Prisión de Mataró, para que estos, y sus sacrificios, sean reconocidos como es debido.

n grup de gent, sobretot del PSUC, esperant l'obertura de portes de la Presó (1 de maig de 1976)
n grupo de gente, sobre todo del PSUC, esperando la apertura de puertas de la Prisión (1 de mayo de 1976)

---

Fuentes:
(1) COSTA, F. [Francesc]. La Prisión en el Ayuntamiento. Mataró Escrito, marzo 1988, nº 24, pàgs. 51-54.

Archivado en:

Comentarios