Capgròs
Sant Vicenç de Montalt conoce perfectamente y aclama sus gigantes y cabezudos. Hasta aquí hay poca noticia: a cada municipio las figuras propias despiertan la fal·lera de los niños y seguramente no hay municipio catalán que pueda entender sus fiestas más especiales sin el desfilar de las figuras y gigantes. A Sant Vicenç, además, se puede afirmar que se cuenta con dos peculiaridades añadidas en este ámbito de la cultura popular: el una, que la pandilla que los hace bailar es especialmente activa y las suyas pasan para ser unas de las figuras más activas y con más salidas de la comarca. El otra, que a las dos figuras clásicas: en Bòbul y la Margaridassa, se añadió una tercera de especial: en Toni Sors, en homenaje al alpinista de la localidad. El primer catalán que llegó a los 8.848 metros del Everest.
En Marc Martí es el capataz de los geganters de Sant Vicenç y nos explica que "ahora estamos en un momento de impàs en el que nos gustaría tener más gente. Somos una pandilla con una temporada muy activa con 15 o 20 salidas, nos gusta tanto salir a las fiestas del pueblo cómo ir afuera e incluso hacemos salidas fuera de Cataluña y al extranjero". Martí explica que "los geganters somos un grupo de personas que nos gusta la cultura, que buscamos un calendario ambicioso de salida y que hemos estado a Suiza o Francia precisamente por eso: somos una pandilla pequeña pero canyera", define.
Las tres figuras
Los Gigantes de Sant Vicenç tienen sus orígenes en los "Bòbuls" y las "Margaridasses", personajes esperpénticos que eran los encargados de mantener vivos los festejos, todo empaitant la gente, escondiendo los útiles de trabajo,para que todo el mundo participara en la fiesta. De este ADN queda el nombre propio de los dos gigantes principales y el hecho obvio que son sinónimo de convite a la fiesta pero visualmente son muy diferentes: en Bòbul lleva los trajes típicos de los menestrales de principio del siglo XIX, y que tienen su origen en los Condados de Barcelona. La Margaridassa lleva el traje y la almohada típica de las puntaires, que tanta tradición han tenido en nuestro pueblo al que, con sus puntas, han dado a conocer hasta lugares muy lejanos. En Bòbul té una altura de 3'45 m y la Margaridassa té una altura de 3'35 m. Son natos del 1986 pero al cabo de dos décadas tuvieron compañía. Y no una de cualquiera.
El 17 de septiembre de 2005, es hizo el estreno del gegantó Toni Sors, con una altura de 2'90 y un pés de 28 Kg. Este representa el santvicentí Toni Sors, que junto con el Carles Vallès, Oscar Cadiach, y tres xerpes, formaban parte de la primera expedición catalana al techo del mundo, el agosto del 1985.
A pesar de que el gegantó no siempre puede acompañar los otros dos, en Toni Sors (figura) encarna otra característica distintiva de esta pandilla local: su inclusividad. Marco Martí explica cómo a raíz de en Pedro Curado, miembro histórico de la pandilla con una dolencia visual, convirtieron la figura en una pionera de la inclusivitat a nivel de cultura popular: "A través de él y de la convicción que también tenía que poder formar parte de la pandilla y hacer bailar los gigantes abrimos camino, empezamos a colaborar la ONCE en una salida que hacemos anualmente y hemos tenido más personas ciegas llevando las figuras con total normalidad". A Santo Vicenç, por lo tanto, hay el primer gigante inclusivo de Cataluña.
De las salidas que hacen cada año, obviamente, las dos más esperadas son las de la fiesta mayor de invierno y la de verano. Es cuando los niños y todo el pueblo se acercan a sus figuras y cuando la pandilla hace gala de su carácter abierto. Su capataz explica cómo "nos gusta mucho que todo el mundo vea cómo se cogen y se llevan, sus interioridades, que sean curiosos o que los niños se emprovi alguno de los 8 renacuajos, así abrimos más nuestro mundo y lo acercamos a todo el mundo", remata.
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