La carretera Nacional II a su entrada en Mataró
La carretera Nacional II a su entrada en Mataró

La Nacional II: clave de vuelta y asignatura pendiente

La liberación del peaje del autoposta convierten en indefugible la transformación de la Nacional en una vía al servicio de los municipios y menos tránsito

La promesa del fin de los peajes en la comarca y la pacificación del tránsito de la Nacional II y su conversión en vía urbana son las dos caras de una misma moneda, convertida en el cuento de nunca acabar en el Maresme. Con la liberación de la autopista, miles de usuarios y sus vehículos dejarán de recorrer la comarca en la carretera paralela a la vía del tren que redobla la barrera infraestructural entre los municipios costeros y su litoral.

La Nacional no se moverá de lugar (y la vía del tren, a pesar de las advertencias de los expertos y los estragos del cambio climático de momento tampoco) pero la comarca sabe que de la definición concreta de la propuesta de movilidad que se desprenda del estudio encargado por la Generalitat y concertado con los entes locales depende que la carretera deje de ser un punto negro de la siniestralidad viaria y pase a ser, con todos los eres y uts, un vial al servicio de los propios municipios.

La Nacional II al seu pas per Mataró, a l'alçada del Cargol. Foto: R. G.

La Nacional II a su paso por Mataró, a la altura del Tornillo. Foto: R. G.

Cómo tiene que ser la Nacional del futuro?

Algunos tramos de la vía ya están traspasados a municipios, como es el caso de en Mataró, donde el proyecto es convertirla en un bulevar

La definición de la Nacional II del futuro, sin la losa de tener que soportar el tránsito que actualmente lo ha hecho inmutable, es quizás la parte más abierta de toda la jugada. La Generalitat apunta que la reducción del tránsito de paso "tiene que permitir la pacificación e integración de la N-II. Cómo está previsto, se realizarán, a nivel de estudio previo, propuestas de mejora como por ejemplo la reducción de velocidad, reducción de carriles, priorización del transporte público y medidas por peatones y ciclistas". Es aquello que algunos urbanistas definen como hacer más amable un vial que no perderá la conectividad entre municipios pero que puede cambiar su fisonomía y función en el interior de estos.

Mataró, la capital, ya ha iniciado su camino con el objetivo de convertir la Nacional en "una calle más de la ciudad". La Generalitat ya traspasó parte del trazado el 2019 y de hecho Mataró está esbozando y proyectando las primeras actuaciones urbanas como la construcción de una rotonda a la altura del paso del Cargol, una propuesta no exenta de críticas. El alcalde David Bote decía en la presentación de la cesión de la Generalitat que la vía tendría que hacer las funciones de "bulevar" en su devenir dentro de la ciudad.

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