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Capgròs.com - ACN

La temporada de setas está siendo y será buena

Las lluvias de final de verano animan la temporada y en zonas cómo lo Ripollès y el Berguedano notan la invasión de boletaires

Las previsiones meteorológicas hacen prever una temporada "buena" de setas con una producción mediana de entre 50 y 60 kg por hectárea. Las lluvias y las tormentas de final de verano han salvado la temporada: "Si no hubiera llovido, no estaríamos cosechando absolutamente nada", asegura al ACN el investigador del Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña, Juan Martínez, que hace años que estudia estos hongos. Aun así, Martínez recuerda que las tormentas han sido muy localizadas y por eso "hay que hacer un trabajo de investigación previa para saber donde ha llovido e irlos a buscar allá". Las lluvias también han avanzado la temporada unos quince días. "Se han recuperado las fechas de principios-medianos de agosto, hacía décadas que no pasaba", ha subrayado.

El investigador del CTFC experto en micologia, Juan Martínez, recuerda que este es el tercer año más seco del siglo, y esto hacía prever una afectación en la producción de setas. Aun así, las lluvias de final de verano han hecho que "los hongos hayan sido muy rápidos y hayan aprovechado muy bien toda esta agua". Así pues, la temporada se prevé buena con una producción "normal".

Optimismo al Berguedano

El afán de las setas hace que, desde hace unas semanas, las carreteras del Berguedano se colapsen de coches durante el fin de semana. Y esto comporta resignación entre algunos berguedanos, y optimismo entre aquellos que se dedican al turismo y a la restauración. Ramon Minoves, presidente de la Peña boletaire de Berga, pronostica una temporada de setas "buena" en aquellas zonas donde ha llovido más, sobre todo al norte de la comarca.

El presidente de la Peña boletaire de Berga defiende que todo el mundo tenga acceso al bosque para ir a buscar setas, pero ha hecho un llamamiento en el civismo de los boletaires. "Alguna regulación se tiene que hacer, pero no estamos de acuerdo al prohibir", subraya.

Robellones cosechados

La cepa, el gran protagonista

En cuanto a las especies, Martínez ha indicado que este año la cepa será "el rey". "Le encanta que haya calor y agua, y al Pirineu ha tenido precisamente esto", ha subrayado. Además, todo hace prever que también sea una buena temporada para el robellón. Al Ripollès, una de las zonas donde ha llovido con más frecuencia durante las últimas semanas, ya han constatado esta tendencia. Josep Comamala, boletaire y vecino de Setcases, confirma que la "cepa" ha sido la estrella de esta temporada. "Cómo la salida que hizo, no es muy normal; he visto gente con dos cestos llenos de cepas y el robellón, ahora últimamente ha salido pero menos", explica.

Cree que esto ha provocado un efecto grita, con aglomeraciones de gente a la montaña. "El pasado sábado, conté 160 coches entre Espinavell y Setcases", recuerda. A pesar de todo, no cree que sea negativo y que, en general, "todo el mundo dice bien", sobre todo la restauración.

Llamamiento al civismo al Ripollès

La Merced Camps es una boletaire de Vírgenes que ha vuelto con el cesto medio vacío. "Hace dos semanas encontramos más", admite. Este golpe ha venido en lunes y, después del fin de semana, el bosque está "más removido" y con muy pocas setas. A pesar de todo, se mujer por satisfecha: "De frustrada nada, hemos encontrado, hemos hecho piernas, nos hemos aireado subiendo montaña arriba por el Ripollès, esto es el que venimos a buscar". La misma sensación tiene en Josep Maria Fuente, también de Vírgenes. "He ido a pasear el cesto, pero el terreno está bien y se harán más, volveremos a venir", afirma.

Otros, en cambio, no son tan optimistas. "Es un año bueno, empezó bien pero no sé si es debido a la carencia de lluvias o a la gran cantidad de boletaires, que ha aflojado mucho, no hay muchas ahora", dice Narciso Vidal, boletaire de Torroella de Montgrí. Ha andado muchas horas por una zona que acostumbraba a haber y lamenta haberse encontrado un bosque "muy bruto y removido, pleno de plásticos y latas". Cruz que habría que regular el acceso al bosque y multar los incívics. Desde su punto de vista, "el bosque no absorbe tanta gente".

En Jordi Purrà, es un boletaire de Arenys de Munt, que se conoce bien la zona. Vuelve con pocas setas. "Cuatro rampoines, sobre todo camagrocs". Se queja que la mayoría del que han encontrado ya estaban arrancados y no los habían ni cosechado. Cree que no hay bastante conocimiento del bosque y que algunos boletaires se llevan todas las medidas y clases, impidiendo que el bosque se regenere. "Hasta que no vuelva a llover, no volverán a salir setas", concluye.