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Cugat Comas

Perpiñán, un tesoro a menos de dos horas de casa

La capital del Rosselló tiene patrimonio, historia y gastronomía para cautivarse y sobran los motivos para ir

Perpiñán está a menos de dos horas de Mataró. Siempre que hablo, de la capital del Rosselló, empiezo por esta evidencia. Los más avezados a la geografía lo pueden encontrar innecesario por sabido y lógico pero siempre hay quién le sorprende. "Menos de dos horas si es a Francia?", preguntan. Y en el interrogante ya me han hecho enfadar. En tiempo cómo los actuales, además, justo es decir que este menos de dos horas baja hasta la hora y veinte si vamos con alta velocidad desde Barcelona. Resumen de este primer párrafo: Perpiñán está aquí al lado.

A pesar de que por el simple hecho que la frontera del Tratado de los Pirineos nos la coloque en una otro estado hay quién la descarta, una escapada a la capital del Rosselló es siempre recomendable. Una de las grandes capitales históricas del país con un patrimonio, una historia, unos tractius y una gastronomía que hacen que sin tener el nombre otros encantos siempre que vengas de Perpiñán acabes hablando bien y haciendo proselitismo. Porque vale mucho la pena de ir.

Preciosa visión del centro de Perpiñán, con la Catedral de San Juan al fondo

Perpiñán, la catalana


Antes de que la ultradreta ganara la alcaldía e impusiera uno "la rayonnante" de eslogan postizo, Perpiñán siempre ha sido conocida cómo "la catalana". Porque es, porque llegó a ser capital del Reino de Mallorca y porque a la identidad de la Cataluña Norte es al que se quieren y se pueden abrazar los catalanes norteños, olvidados y remotos cómo se sienten respeto Pariera. La historia de la ciudad, su gente, sus diferentes ambientes y comunidades (cómo los gitanos, al barrio de Santo Jaume, donde sentiremos hablar un catalán precioso) y una notable vida cultural y social coinciden en esta localidad.

Se puede ir un día o un fin de semana, a pasear y a estarse. Es una ciudad que tiene sobre todo el centro muy encarado al turismo y los estantes. Tiene río, paisajes, rincones. Tiene vida. No hace falta ninguna excusa especial para ir y un golpe se está, además, puedes completar la escapada haciendo hacia Elna o a Cotlliure.

La Catedral de San Juan y su Campo Santo

Tres visitas imprescindibles

Yendo a parar en el centro de Perpiñán, que con sus 125.000 habitantes se asimila mucho a Mataró, es parada obligada lo Castellet. Antigua torre de defensa de la muralla espectacular, con su color cobrizo y la quatribarrada arriba, es el lugar más icónico y fotografiado y además se mantiene encendida durante todo el año la llama del Canigó. El Canigó, por cierto, vigila solemne y durante muchos meses encalado toda la llanura del Rosselló. Estás en una capital y tienes una señora montaña acechándote. También esto forma parte del encanto de Perpiñán.

Paseando por su Centro nos podemos cautivar del bullici de la ciudad, de sus mercados y su gente. Un mestizaje precioso que podemos recurrir a pie con intención de perdernos, literalmente. En esta paseada agradable tendremos que pasar sí o sí por tres puntos.

  • La Catedral de San Juan
    Qué catedral más guapa, imponente y bien armada que tienen a Perpiñán. A pesar de que históricamente durante años Elna ostentó el obispado la catedral de San Juan data de 1424 a pesar de que no se acabó hasta dos siglos más tarde. Es recomendable de entrar y disfrutar de su majestuositat y no perderse el conocido como 'Campo Santo', que es un espectacular claustro-cementerio adyacente, un lugar precioso que parece parado en el tiempo donde no falta la vida compartida.

    El Palacio de los Reyes de Mallorca

  • El Palacio de los Reyes de Mallorca
    El monumento más imponente e importante. También data de los años 1.200 y fue un palacio fortificado con enormes murallas del mismo ladrillo rojo. A tocar del Tec, el río, sirve al visitante para entender que los Reyes de Mallorca eran cómo el resto de monarcas y los gustaban las cosas monumentales y con cierto buen gusto.
  • La Plaza de la Llotja
    Es imposible quedarse con una suela de las plazas del centro histórico de Perpiñán. El más recomendable es parar la oreja y según la hora ver donde late la vida. Una de mis preferidas es la de la Llotja, porque la historia parece que nos quiera hablar. Era la antigua plaza central en época de la Edad Media y encontramos el Ayuntamiento, el Palacio de la Diputación y la misma Lonja. Monumentos, historia y vida.


Para comer: fusión de tradiciones


Una escapada no es tal sin cesar a comer. Y a Perpiñán tenemos locales de todos los tipos habidos y por haber. Por suerte, la ciudad respira también a tabla el mestizaje de su gente. podemos encontrar desde cocina más francesa a especialidades occitanas (que aquí los diremos gavatxos) y también el punto medio con presencia catalana. Para no hablar otras tradiciones. Comer cocina marroquí callejones adentro o librarse a algún bocadillo generoso para cenar de alguno de los establecimientos es recomendable 100 por ciento.

Hay establecimientos cómo el Bar Celone de aquellos que no lo parecen, por el lugar, pero nos pueden deleitar con un dominio de las largas cocciones para lamerse los dedos. El pato o el hombro de cordero que hacen son deliciosos.

Si más que un lugar buscamos un qué, conviene reseñar especialidades que encontraremos deliciosas.

  • Atornillada: Un plato sensacional hecho en base de tornillos a la brasa.
  • Ollada: La versión propia de la carne de olla nostrada, servida con uno qué que la hace especial.
  • Bullinada: Una sopa de pez buenísima, también de horas. Cuchara al poder!
  • Moscat: Tomemos el que tomemos, el que es imperativo es acabar con un buen moscat. Un moscatel refinado. (Ep: y peligroso)

Cuando ir: tres citas imprescindibles

No hace falta ninguna excusa para ir a Perpiñán. Cualquier día y cualquier fin de semana es válido y justo es decir que cómo el resto de grandes ciudades, parece que sepa sonreír por igual con todas las temperaturas y estaciones del año. La primavera, pero, es quizás es su momento más esplendoroso. Y donde no pasa esto.

Si somos de los que nos falta algo, para rematar el plan, apuntamos tres alicientes para llegarnos. Hagamos agenda.

Lo Visa, grandes fotografías en espacios sensacionales

  • El Festival Visa pour el image
    Perpiñán acoge desde el 1989 cada septiembre el festival de fotoperiodismo más importante de Europa. Salas, espacios cómo el propio claustro, programación en off, toda la ciudad se adentra al exhibir las mejores creaciones fotográficas del año. Una cita imprescindible y recomendable, cada año diferente, que sitúa Perpiñán al mapa. A Cataluña Sur, que hacemos fiesta el Once de Septiembre, hay mucha gente que aprovecha y se acerca.
  • Rugby: La USAP y los Dragons
    La Cataluña Norte es una tierra que se siendo olvidada y tiene pocos puntos a los que aferrarse para sentirse orgullosa. Pero por suerte tiene el rugby, que adquiere una gran trascendencia. En rugby a 15 hay la USAP, la otro "más que un club catalán" y uno de los más históricos de Francia. Y en rugby a 13 los Dragons, uno de los mejores equipos de Europa, que juega a la liga inglesa. Ir a un partido al Aimé Giral o al Gilbert Brutus es una experiencia sensacional.
  • La Procesión de la Sanch
    Cada Viernes Santo, desde la Catedral de San Juan, sale la Procesión de la Sanch. Se trata de la procesión más antigua que se conserva a todo el territorio catalán, una romanalla que se ha mantenido a pesar de que después del Tratado de los Pirineos se quiso prohibir "por barroca y española". Verla salir tanto tiempo después es todo un acontecimiento.