El Ayuntamiento de Mataró redobla la presión al fenòmen de los botellones, con multas más elevadas y limitaciones en la venta. Se trata de la principal novedad de la nueva Ordenaça de Civismo y Convivencia, que ha entrado en vigor a finales de este mes de mayo después de ser aprobada en el Pleno Municipal.
Un proceso de análisis y participación a nivel ciudadano, político y técnico dio cómo aresultat que las principales conductas incíviques en la ciudad son el consumo de alcohol a la vía pública; las molestias producidas por personas y actividades; los usos inapropiats del espacio público; las conductas atentatorias contra la dignidad de las personas, y los daños y el vandalismo al espacio público.
La nueva ordenanza quiere dar respuesta endureciendo, para empezar, las sanciones a la práctica del botellot, que se tipifican como graves, con una multa mínima de 450 €. El ordenanza prohíbe esta práctica no solo a toda la vía pública, sino también a los llamados "lugares de pública concurrencia, cómo son los espacios privados de uso público. También se limita la venta de alcohol en establecimientos comerciales encomenderos de 23 a 8h.
El documento, según destacan desde el Ayuntamiento, también apuesta por la prevención para evitar las conductas incíviques, y dota la Policía Local de más instrumentos para prevenir y sancionar este tipo de conductas si se producen. Es por eso que el cuerpo policial mataroní podrá, a partir de ahora, desalojar los espacios públicos como por ejemplo parcos o plazas en caso de que se produzcan situaciones de incivismo.
De cara a combatir las molestias en estos espacios públicos, se establece una limitación horaria del uso general o de determinadas actividades en aquellos parques, plazas u otros ámbitos donde no sea posible evitar o reducir las molestias derivadas de estos usos o actividades.
La nueva Ordenanza de Civismo y Convivencia son la prohibición de la emisión de música excesivamente elevada a la vía pública por parte de personas o vehículos; la obligación de los responsables de los establecimientos abiertos al público de evitar el comportamiento ruidoso de sus clientes; la prohibición de la acampada de vehículos o personas al casco urbano; o la prohibición de determinadas conductas cómo la mendicidad o los grafitos.