Los Gigantes de Valles y los de Mataró a la Plaza del Trigo.

Cugat Comas

Galería: Los Gigantes de Mataró visitan a su hijo en Valls

Son las quintas fiestas Decennals de la Candela seguidas en que la Familia Robafaves visita su hijo, el gegantó negro Lladrefaves

Los Gigantes de Mataró han sido los invitados de honor, este martes, del ritual de vigilia de la Candela a las Decennals, las fiestas que Valls celebra cada 10 años. 41 años después de la primera visita (el 1981) y por quinto golpe seguido, en Robafaves, la Giganta, en Maneló y la Toneta han paseado y bailado por las calles del barrio viejo de la capital de la Alt Camp con un anfitrión de lujo: en Lladrefaves, el gegantó vallenc de piel negra que es hijo de los Gigantes de Mataró.

Dice el dicho que en Valls tienes que levantar el cabo tres golpes: para comer calçots, para ver el campanario más alto de Cataluña y para ver castillos. Centenares de familias vallenques hoy han tenido que elevar la vista un cuarto golpe para ver el paso de los Gigantes de Mataró, invitados especiales para todo el ritual de la vigilia del día de la Candela, mañana miércoles 2.

La leyenda de en Lladrefaves, recogida por el propio Costumari Catalán, dice que la Giganta se posó de parte precisamente en Valls y que los Gigantes de Mataró dejaron la criatura a sus homólogos locales. Así, en Lladrefaves es hijo de mataronins pero es ciento por ciento vallenc.

Pasacalle, tronada y pasacalle

Los Gigantes, con horas extra de geganters y flabiolaires (siendo hoy en día laborable) han llegado pronto a la Plaza del Trigo de Valls donde la alcaldesa Dolors Farré ha colgado una medalla conmemorativa de las quintas Decennals a en Robafaves. Otra, de igual, a en Lladrefaves. Una medalla que une hijo y familia, desde su lejanía habitual. De allá y en pasacalle los gigantes locales y los de la capital del Maresme han ido hasta la Tronada Antigua que se ha encendido a mediodía y, acto seguido, han proseguido el pasacalle hasta ir a bailar ante una residencia y ante la casa de la alcaldesa, antes de acabar en la Plaza del Blat, ante el Ayuntamiento local.

Los bailes protocolaris de los Gigantes, cómo en el ritual de la Dormida, han sido los protagonistas a los puntos más importantes del recorrido.